¿El amor será suficiente para estar con la persona que amas? ¿Están destinados a estar juntos o el destino cambiara su rumbo? ¿Será el final de sus sueños y anhelos?
El tiempo pasó muy rápido en el campo de reclutas; ya un dos años se habían cumplido desde que Christa y los demás se unieron a las tropas. Hasta ese momento demasiadas cosas habían pasado, ella tenía amigos bastante cercanos a ella; entre ellos, Ymir, Sasha, Connie, Reiner, Berth, Annie, Jean, Marco, Mina, Franz, Hannah...pero aún le faltaba conseguir la amistad de alguien en especial, Eren Jaeger.
Aunque en ocasiones se encontraban en el comedor, ambos se saludaban pero desde la ocasión de las manzanas y unos cuantos entrenamientos no habían podido entablar una conversación muy amena; ella era demasiado penosa en ocasiones y él siempre se encontraba al lado de Armin y Mikasa, quién tal vez se alejaría un poco de él ahora que Jean hablaba más con ella, añadiendo a eso las largas horas en el campo y pocas de descanso que tampoco ayudaban a que pudieran interactuar un poco más, sin embargo; mantenía la fé que podría hablarle más seguido y llegar a ser su amiga, o algo más...
Era 15 de enero del y el campo de entrenamiento tendría dos cosas importantes ese día. La primera eran los juegos de reclutas, donde los grupos de entrenamientos podrían divertirse un poco dentro del campo en distintas actividades y poner así, a prueba todos sus conocimientos y habilidades como soldados. La segunda y la más importante, es que Christa cumpliría sus 15 años que la harían ver más bella de lo que es; había obtenido gracias al entrenamiento; un cuerpo muy lindo, su cabello estaba más largo y sus ojos brillaban más que antes, definitivamente la adolescencia le estaba haciendo bien.
En la mañana de su cumpleaños, Christa despertó unos minutos más tarde de lo acostumbrado como un regalo para sí misma; un poco adormilada aún; dirigió su mirada a la ventana de la habitación que le regalaba un hermoso amanecer saliendo desde el horizonte. —¡Que bello día!—pensó, marcando una sonrisa mientras se estiraba un poco antes de empezar el día.
—¡Oye Ymir!—dijo, viendo a su cama pero ya no se encontraba ahí. —¡Vaya, que responsable!—dijo con asombro la rubia.
Tomó un baño y se cambió; no participaría en los primeros juegos sino hasta la segunda parte del evento; por lo que apoyaría a sus amigos junto con Annie. Arregló su cabello con un listón y se puso un traje muy lindo que habían comprado junto con Annie en uno de sus días libres. Se fue al comedor y en el camino le pareció un poco extraño no encontrar a nadie; usualmente siempre se encontraba a Jean y a Marco o Reiner, incluso los otros la encontraban.
—Vaya que extraño, los chicos deberían estar por aquí.—se dijo a sí misma.
Entró al comedor, cuando...
—¡SORPRE....!—interrumpieron el grito todos sus amigos presentes, al ser ellos los que se llevaban la sorpresa.
Christa se veía realmente linda con ese traje de animadora. Todos los presentes quedaron perplejos al verla y es que realmente, era linda.
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—Parece una diosa...—susurraban algunos.
Entró con un poco de vergüenza reflejada en sus mejillas por la reacción de todos en el comedor. Se fue a la mesa de sus amigos con la cabeza baja viendo de reojo a los demás. Siguió derecho, cuando levantó un poco la vista y se dio cuenta que Eren la veía atónito; lo que el moreno también se sonrojó al darse cuenta de lo indiscreto que había sido, por lo que apartó rápidamente la mirada. Christa siguió con la cabeza baja pero con una pequeña sonrisa al ver lo que había sucedido con el castaño.
