Estrellado

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Mirando las estrellas, que rogando penas y deseos fallidos de almas ahogadas en desesperación, anhelos... Frascos de sustancias irreconocibles, donde apenas se desvela un atisbo de humanidad.

Algunos de ellos tan ácidas como el fruto más odiado, y otros tan dulces como una manzana podrida, de otros colores y aromas arrogantes.

En mi líquido de tristeza, la humedad de mis penas se empañan en el cristal de mi alma. Dificulta su transparencia, refleja algo borroso, irreconocible.

Por el calor o el frío, me rompo en pedazos finos. El líquido brota y se sumerge en el agua, donde las estrellas se reflejan en lo que ahora es, y será, el aroma de mi alma.

BellísimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora