06.

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Estaba realmente emocionada de que mi mejor y viejo amigo hubiera regresado. La idea de tenerlo de vuelta en mi vida me llenaba de alegría. Mamá aún no había llegado a casa y, seguramente, lo haría cuando ya estuviera dormida. Aproveché el tiempo para hacer mis tareas rápidamente; eran cosas sencillas como investigaciones y algunas ecuaciones fáciles. Luego bajé a la cocina para preparar la cena, que en este caso era comida congelada.

De repente, escuché el timbre de la puerta y, sin pensarlo dos veces, corrí hacia ella. La abrí de golpe y allí estaba Jimin, con una sonrisa en el rostro y una bolsa en la mano.

— ¡Heyy! — dijo Jimin, agitando la bolsa en el aire. — Alguien pidió comida?

— ¡Jimin! — exclamé, sorprendida y emocionada al verlo. Miré la bolsa con curiosidad y lo hice pasar. — ¿Cómo es que me traes comida?

— Bueno, un pajarito me contó que ibas a cenar comida congelada esta noche — explicó Jimin, mientras sostenía la bandeja con una sonrisa traviesa. — Y el pajarito tenía razón — añadió, guardando la bandeja de comida en el refrigerador.

— ¿Mamá sabe que estás aquí? — pregunté, aún sorprendida por su visita inesperada.

— Yep — respondió Jimin con un guiño. — Mamá está al tanto.

Comencé a sacar las cucharas y los platos de la alacena, mientras Jimin se encargaba de colocar las bandejas de comida en la mesa. Al girarme, ya lo vi sentado con una expresión de entusiasmo, como si estuviera a punto de disfrutar de una deliciosa comida.

— ¿Ya has comido? — le pregunté, mientras le entregaba una cuchara con una sonrisa.

— No — respondió Jimin, tomando la cuchara con entusiasmo y comenzando a comer con evidente apetito. La forma en que disfrutaba cada bocado me hizo sonreír.

Me senté frente a él y abrí mi bandeja. Era una comida clásica estadounidense: hamburguesas jugosas con papas fritas doradas y una pequeña ensalada fresca. Empecé a comer lentamente, saboreando el sabor de las hamburguesas y las papas fritas mientras intentaba iniciar una conversación para hacer el ambiente más relajado.

— ¿Y cómo te fue en Corea? — le pregunté, buscando un tema de conversación para mantener la charla fluida.

— Pues bien — dijo Jimin, mirando hacia arriba mientras masticaba, su voz llena de satisfacción. — Fui a visitar a mis abuelos. Hace un buen tiempo que no los veía. Fue genial pasar tiempo con ellos y ponernos al día.

La conversación fluía mientras disfrutábamos de la comida, compartiendo anécdotas y risas. Sin embargo, justo cuando estábamos en medio de una charla cómoda y agradable, el timbre de la puerta sonó de manera inesperada.

— ¿Esperas a alguien? — preguntó Jimin, con un atisbo de curiosidad en su voz.

— No... — respondí, un poco confundida y extrañada, y me dirigí hacia la puerta con cierta inquietud. Al abrirla, me encontré con una sorpresa que no esperaba.

— ¿Tú? — exclamé, mi sorpresa y emoción eran evidentes en mi voz.

— ¿Me extrañaste? — preguntó la figura en la puerta, con una sonrisa cálida y juguetona que reflejaba la misma sorpresa y calidez que sentía yo.

La Nerd |Suga| |BTS| (En revision y mejorada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora