La Nerd |Suga| |BTS| (En revision y mejorada)

04.

Todo el curso le da una cálida bienvenida al nuevo estudiante, y es especialmente notorio el entusiasmo de las chicas, que parecen creerse muy importantes en este momento. Mientras algunas de ellas murmuran y se arreglan el cabello frente al espejo, Yoongi, con una actitud despreocupada y sin prestarles mucha atención, avanza por el aula en busca de un asiento disponible. Para mi mala suerte, el único lugar libre en la fila está justo al lado de mi escritorio. Yoongi lo observa brevemente, quizás en busca de una opción rápida, y luego se sienta allí, justo a mi lado.

― hey... ― dice Yoongi  girandose hacia a mi ― tu eres aquella Chica... hmm de ayer?

No le presté mucha atención y continué enfocada en el profesor, intentando absorber lo que se decía en clase.

La vida en el instituto no es tan bonita como podría parecer, a pesar de que disfruto estudiar e ir a las clases. Aunque hay momentos interesantes, la realidad es que también hay clases aburridas y, lamentablemente, algunos de nosotros sufrimos de bullying por parte de los más populares. Me refiero a Taehyung y su grupo de básquetbol, así como a su novia y su séquito de chicas rubias y superficiales. Y sí, yo soy una de las personas que sufre debido a su actitud y sus bromas crueles.

Al finalizar las primeras clases, llega ese momento temido por muchos de los que sufrimos acoso: el receso. Es el tiempo en que todo parece desmoronarse y las tensiones se desatan. Camino hacia el comedor, esperando que el día pase rápido, y me uno a la fila para recoger mi comida. Cuando finalmente tengo mi bandeja llena y lista, me dirijo hacia una de las mesas para sentarme. 

Normalmente, no suelo comer sola, ya que siempre puedo contar con mi amiga Laura para acompañarme. Sin embargo, esta vez la situación es diferente; Laura está enferma y no pudo venir hoy, lo que significa que me tocará sentarme sola. Suspiro profundamente, resignada a la idea de pasar este dia sola.

Entonces, escuché una voz familiar a mis espaldas, y no tardé en identificar de quién se trataba. La voz, cargada de un tono burlón y conocido, decía:

— Entonces... aquí está mi nerd favorita — dijo Taehyung, con una sonrisa que me hizo sentir una mezcla de incomodidad y frustración.

Me giré para enfrentarlo, manteniendo la mirada firme mientras le respondía:

— Taehyung, sé que te gustó la idea de acosarme y estar enamorado de mi, pero ya es hora de que dejes de hacerlo. Es cansado y no tiene gracia.

Jennifer, que siempre estaba a la sombra de Taehyung, se adelantó con un aire de desdén y comentó:

— ¡Ja! Como si tuviera malos gustos. No tienes que preocuparte, no estoy interesada en tus caprichos.

Mi paciencia llegó a su límite y le respondí con una mezcla de irritación y cansancio:

— Cállate, rubia oxigenada. ¿Acaso nunca puedes mantener la boca cerrada?

Jennifer, sin perder su actitud desafiante, se acercó a mí con un gesto de superioridad. Antes de que pudiera reaccionar, empujó mi bandeja de comida, esparciendo todo por mi ropa y el suelo. Con una expresión falsa de sorpresa, dijo:

— Ups, se me resbaló la mano. Lo siento, no quise causar problemas.

Entonces, la risa de Taehyung estalló detrás de mí, seguida por la risa contagiosa de todos los que estaban cerca, quienes parecían disfrutar del espectáculo a mi costa. El sonido de sus carcajadas resonaba en el comedor, haciéndome sentir aún más humillada.

De repente, el nuevo estudiante, Suga, se acercó con una actitud desafiante. Miró a Taehyung y preguntó, con un tono que me hizo sentir incómoda:

— ¿Tae, es ella? — su mirada se deslizó hacia mí, como si me examinara. Taehyung asintió con un gesto despreocupado, y Suga, con una sonrisa maliciosa, añadió: — Perfecto, ahora será mi nuevo juguetito...

Antes de que pudiera reaccionar, Suga me empujó. El empujón inesperado me hizo resbalar y caer al suelo, esparciendo aún más los restos de mi comida y dejándome completamente desorientada.

Ellos simplemente pasaron a mi lado sin mirarme, dejándome allí en el suelo. La indiferencia de su comportamiento solo aumentó mi humillación, mientras me sentía completamente expuesta a las miradas y risas de los demás.

— ¡Maldito Suga! — murmuré, frustrada y dolida, mientras intentaba levantarme con dificultad. No pude soportar más la humillación y, sin pensarlo dos veces, salí corriendo hacia los baños.