ERIKA II

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Erika cierra su casillero con fuerza. En la mañana se despertó con una jaqueca impresionante, sintiendo que no ha dormido nada. Gira su rostro hacia el lado del pasillo en el que esta su salón, encontrándose directamente con los ojos de Gabriel. Se miran durante unos segundos y luego, sorpresivamente, el sonríe. Erika siente que su corazón se acelera un poco más de lo normal.

—Buenos días... —murmura en un intento por limar las asperezas que hay entre ellos. —Sobre lo que pasó ayer... Yo...

Grabriel no la deja acabar la frase y tomándola de la cara junta sus labios con los de él. Erika mantiene los ojos abiertos por algunos segundos mientras McCall mueve sus labios sobre los de ella con tanta intensidad, que sin poder evitarlo, termina por ceder y cerrarlos, continuando un beso húmedo y extremadamente apasionado.

—Te extrañé... —jadea el chico, sin dejar de besuquearla. Todo el cuerpo de Erika comienza a palpitar a cada beso de Gabriel, en su cuello, en sus orejas y sobre sus labios. —Me tienes con muchas ganas de abrirte de piernas y hacerte rogar que te folle —continua diciendo, muy cerca de su oreja.

Erika no da crédito a lo que oye. Apenas ayer la odiaba, y no solo ayer, desde hace años no se llevaban bien, y ahora tenía a su archienemigo comiéndosela  besos en el pasillo mientras le susurra cosas que la estaban excitando más de lo que ella misma le gustaría admitir. Erika se aferra a la camisa blanca de su compañero, imaginando como sería hacer todo lo que McCall le estaba diciendo. La humedad en su ropa interior es innegable, los besos de Gabriel la habían sorprendido gratamente.

—Gabriel... —jadea, intentando separarse de él. —Espera... —comienza a arrastrarla hasta el baño, y Erika no tiene ganas de resistirse.

El loco pensamiento de que aún, tal vez, no se ha levantado de la cama y que, tal vez, este dormida, soñando esto con la persona que más la odia en el mundo, es su único escape para dejarse llevar. Cuando apenas entran, McCall tranca la puerta y con manos ágiles comienza a desabotonar la camisa de Erika. Lo hace con una sonrisa, mientras tiene los ojos fijos en ella. Sus pupilas están dilatadas y seguro que otra cosa mas abajo también lo está. Cuando ha terminado, sigue con su brassier, dejando sus pechos al aire, los cuales son atajados por Gabriel. Erika siente la lengua de él pasar encima de su pezón derecho, el cual luego es succionado y mordizqueado con brusquedad.
Siente la mano de él correr su ropa interior y hacer contacto con la entrada de su vagina. Erika está a punto de rogar que la folle de una vez.

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⏰ Última actualización: Dec 24, 2017 ⏰

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