Nací en enero del 2900 en la tercera edad cuando la Tierra Media estaba sufriendo gigantescos cambios, cuando nací, mi lloro era "fuerte como de un animal grande se tratase", decía mi madre. Crecí fuerte y más alto que todos los niños, valiente y con agallas parecidas a las de mi padre, mi madre se preocupaba pensando en qué líos me metería yo por mi conducta rebelde y mis ganas de ser el mejor de mi raza, pero todo eso no me importaba, creía en mí, más que en cualquiera, creía en que mi vida iba a ser reconocida por los de mi raza, que iba a ser su líder y señor algún día. No me equivocaba.
El tiempo pasó mas rápido que un otoño, yo comenzaba a crecer, mi pueblo vivía en paz en el límite de las Montañas Brumosas y en armonía con otros animales, éstos me enseñaron a comunicarme con ellos mismos y con otros animales, no sé cómo lo hacía. Cada tipo de animal era utilizado para la agricultura o artesanía, nunca comíamos carne, era un principio nuestro, éramos conocidos por nuestra fuerza, nuestro cuerpo grueso y lleno de pelo parecidos a algún animal grande y feroz que nos ayudaba a mantener una confianza con los animales que nos rodeaban. Creo que esa era nuestra magia.
Cuando llegaba la tarde, iba hacia el grupo de caballos y vacas que descansaban en un establo y les contaba todo lo que yo hacía fuera del pueblo sumergido en un bosque denso, buscando árboles o animales diferentes. Ellos me advertían que no debía de salir tan a menudo del pueblo, pero yo no hacía caso, siempre les recordaba lo fuerte, ágil y astuto que era.
Recuerdo cuando tenía catorce años, y la conocí, una mujer de cabellos blancos de piel tan hermosa parecida a la luna y sus ojos únicos de color violeta me hipnotizaban hasta perderme en un mundo desconocido, pero afable a mi vista y a mi tacto. La conocí fuera de mi pueblo, no sé, qué tipo de mujer era, pero en su forma de andar y de hablar me daba la impresión de que no era de este mundo, o por lo menos no del que yo conozco. Muchas mañanas y tardes casi oscuras, me quedaba hablando con ella, o eso creía, ya que ella me hablaba en otra lengua, diferente a la mía, pero algo en mi sabía qué decía y qué me contaba. Y así pasó el tiempo, y crecimos juntos.
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Historia de Beorn; El señor de los Beornidas
Fanfiction"El es un cambia pieles, cambia de piel: unas veces es un enorme oso negro, otras un hombre vigoroso y corpulento de pelo oscuro, con grandes brazos y luenga barba.... De todos modos, no está bajo ningún encantamiento que no sea el propio." Ganda...