Uzumaki Boruto, el joven que prometió tres cosas a quien creía que sería el amor de su vida, la persona con quien pasaría la eternidad. Grave error, nunca pensó en que su vida cambiaría y al realizar un viaje conocería una persona, una persona tan e...
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—¡Tu estas completamente loco!, ¿Sabes qué pasara cuando Himawari se entere? —dijo mirándolo fijamente.
—Lo sé, lo sé. Pero ella lo quiere y no puedo más que ayudarlos. —dijo serio.
—Claro que quiere que el le pida perdón, pero con sus propios méritos. No con los tuyos.
—Vamos, un poco de ayuda no le afectará. ¿O sí?
—Solo te digo, se le hará fácil a Inojin pedir tu ayuda. Y nunca pensará por si solo.
Quizás la azabache tenía razón, Inojin era el tipo de persona que buscaba la manera fácil. Pero debía de pensar un poco más, podría darle las piezas del rompecabezas y que el lo formase.
—Sarada
—Dime.
—Es sobre el sábado... ¿Podrías hacerme un favor?
—Claro, ¿Cuál es?
—Te daré un vestido que quiero que ella use, la distraigas un poco y la lleves a mi casa.
—Ah, ya entiendo. ¡Cuenta conmigo! —dijo feliz.
—Entonces, ¿Te lo doy?
—Sí, adivinare... esta en tu casa. —lo miro.
—¡Sarada, eres muy inteligente! —dijo apenado.
—Entiendo, ve rápido ¿sí?
—¡Gracias Sarada-Chan, eres la mejor! —salió por la ventana.
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Se encontraba una muy conocida oji-azul caminando con una cesta llena de girasoles. Pues la fiesta era hoy en la noche y tenía que adornar el lugar.
Iba muy feliz y sonriendo cuando se encontró con un conocido rubio para ella, solo esquivo la mirada y siguió caminando.
—Hima...
—Mis padres y hermano mayor dice que no hable con extraños. —dijo indiferente.
