When You Love Someone

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Las lluvias cesaron. Y dieron paso al gélido invierno neoyorquino.
El tiempo no pasaba en vano. Eso lo aprendió de una manera algo dura, por llamarle de alguna manera.

Hacían doce meses desde que Changkyun entró a la carrera de arquitectura. Y dos desde que su padre regresó a Seúl.

Se fue la tarde de un invernal sábado. Changkyun lo recuerda como el más frío y nublado -hasta ahora- de su vida.

Recuerda bien el desayuno de ese día. Panqueques con frutilla y miel, leche para él y un expresso para el mayor de los Im.
Mientras Changkyun observaba de reojo como su padre leía el periódico financiero, se preguntaba cómo es que podía lucir tan sereno, aún sabiendo que en unas pocas horas tomaría un avión que se lo llevaría cientos y miles de kilómetros lejos de él.

Se debatía internamente sobre cómo se sentiría cuando el estuviera abordando y lo único que logró, fue sentirse estúpido por creer que podría controlar sus sentimientos. Porque los sentimientos no se controlan, no. Esos nacen en corazón, -o mejor dicho en el sistema límbico- son espontáneos.

Y pensó en su niñez. Y pensó en su madre. Y pensó qué tal vez su padre estaba abandonándolo como aquella mujer lo hizo en su momento.

¿Acaso es que es repelente a todo lo que ama? ¿Amaba a su madre? ¿Por que pensaba en su madre? Si apenas y puede recordarla. ¿Por que ahora? ¿Por que esta mañana no ha hablado con Jooheon?

—Solo serán unos días, Im. —Su padre habló suave y muy dulce. El solo pudo asentir con la mirada en sus panqueques. —Sabes que te amo más que nada en el mundo, ¿verdad? —No supo en que momento su padre se puso de pie y camino a él. Sus palabras resonaron en sus oídos y cabeza, haciendo que el primer pinchazo del día apareciera tan de pronto, que no pudo contener poner sus ojos lastimeros sobre la mirada tranquila de el. Sintió la frente de su aquel hombre sobre la suya y una sonrisa desganada y dolida se deslizó en los labios ajenos y en los propios.

Y volvió a pensar en su niñez. Porque este era el desayuno que el y su padre tomaban los domingos a las 12:00 pm, cuando apenas tenía cinco años.

Entonces hablaron, hablaron y hablaron. Del pasado y del futuro. Hicieron planes.
Su padre se enteró de lo mucho que le gustaba Jooheon y de como es probable que el sintiera lo mismo por su pequeño –porque para su padre siempre va a ser su pequeño. Su mayor orgullo- Changkyun.

Y se sintió feliz, mientras se daba un baño caliente y tallaba su cuerpo con la esponja. Y mientras se vestía, empezó a sentir nervios.

A las 3:30 un taxi paso por ellos para llevarlos al aeropuerto.
A las 4:00 su padre estaba documentando.
A las 4:35 Kihyun llego acompañado de Hyunwoo y Jooheon.
A las 5:06 Jooheon y su padre habían sido presentados.
Y a las 6:15 se había marchado.

( ̄ω ̄)

Changkyun se había mostrado lo más tranquilo que pudo. No permitiría que su padre se fuera afligido por sus emociones imprudentes, claro que no.

Se sintió tranquilo por unas horas. Se sorprendió de si mismo porque no estaba doliéndole. Su corazón no pinchaba. Su mente no decía nada. Y cenaron en un italiano. Después fueron a casa de Changkyun, solo el y Jooheon.

Esa noche, la primera, Changkyun no tuvo oportunidad de sentirse mal ni por un minuto, Jooheon estaba con el. Le contó historias y le acarició el cabello hasta que se quedaron dormidos.

La segunda noche, se contuvo. Kihyun habló con el para decirle que había peleado con Hyunwoo porque este olvido las patatas dulces y como lo mando de vuelta al supermercado.

Closer | Jookyun | 🐝Donde viven las historias. Descúbrelo ahora