| chapter three

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TMOTS |CAPÍTULO TRES

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TMOTS |CAPÍTULO TRES

Habían pasado algunos días desde que Mack y su hermano habían llegado a la casa de sus mejores amigos. Un día después de su llegada se unió Alice a la semana de libertad, como Rose la había nombrado. Pasaron la mayor parte de sus días echadas en el sofá del dormitorio de Rose viendo Netflix y atragantándose con comida.

Hace un tiempo, en cuarto año, a Mack y Rose se les ocurrió la grandísima e increíble idea de hacerse un tatuaje junto con Alice. Algo con un significado que fuese de ellas, algo que valiera la pena como su amistad. Y con el pasar del tiempo lo descubrieron. Estaban en quinto año cuando finalmente decidieron decirles a sus padres, pero —como era de esperarse—, se negaron ante su petición. Así que, al estar en su penúltimo año, y ser casi mayores de edad, habían decidido que lo harían a escondidas, sin importar los regaños y castigos que después tendrían que aguantarse.

Luego de pasar la mayor parte de su día en el patio jugando juegos muggles con sus hermanos se echaron en las camas cansadas, con un montón de golosinas y esperando tener un momento de silencio. Aunque no duro mucho pues Mack interrumpió el momento.

—Rose, ¿sabes algo de James o Fred? Les mandé mensajes y cartas, pero no he obtenido respuestas —preguntó la rubia.

La castaña y la pelirroja rodaron los ojos fastidiadas. Siempre era lo mismo.

—Me sorprendía que no los hayas nombrado hasta ahora. Lo que sucede es que ambos tontos rompieron sus celulares y están castigados. Querían ver si se podían sacar selfies volando en las escobas de quidditch, pero como te habrás dado cuenta, no funcionó —finalizó.

—Oh, que idiotas.

La pelirroja asintió cuando su amiga se golpeó en la frente con la mano.

—Y dime Kenz —Alice cambió de tema—, ¿cuándo admitirás que te gusta James? —le preguntó con una sonrisa.

—¡Otra vez no! —exclamó mirando al techo—, les dije que no me gusta James —se quejó Kenzie—. No es más que una especie de hermano mayor para mí, tontas —argumentó rodando los ojos. Alice y Rose soltaron una carcajada.

—Claro, haremos como que te creemos —respondió Alice.

—Deben hacerlo... Hablando de cosas que no quieren creer —empezó a decir lentamente.

¿Era un buen momento para contarles sobre las dudas que la estaban atormentando?

—¿Alguna vez han visto, o creen haber visto, algo que el resto no puede ver?

Rose frunció el ceño y se metió en la boca el ultimo trozo de lo que en algún momento fue una rana de chocolate.

—No, ¿a ti sí? —preguntó, la pelirroja con mucha curiosidad.

Mack apretó sus labios y asintió.

—Hace unas semanas salí con mamá al bosque y... Vi una espada —susurró—. Bueno, fui a un lugar que no debía ir, pero juro por Dios que había una maldita espada ahí, pero cuando Connor bajó a verme él no la vio, seguía ahí, demonios, yo la estaba viendo.

THE MYSTERY OF THE SWORD | HARRY POTTER SERIESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora