Podía escuchar los lápices escribir con velocidad alrededor de su mesa por todos sus compañeros. Las líneas, los borrones ante los errores por la prisa y los movimientos de las hojas para seguir con la acción era lo único que llenaba el salón mientras su profesora recitaba fechas y acontecimientos importantes. Incluyendo aquellos que no eran muy cercanos con el estudio constante lo hacían ese día. ¿La razón? Las clases de Midnight a pesar de ser comprensibles a simple vista y dar ejemplos fáciles de entender, poseían un extenso contenido que entraría en la siguiente evaluación. Todos sabían que necesitaban anotar la mayor cantidad de apuntes para conseguir una nota adecuada, más siendo clases de Historia del heroísmo. Ella lo sabía, pero su mano se había mantenido al aire durante toda la clase sin conseguir escribir siquiera la mísera fecha del día de hoy. Aunque quisiera, no podría escribir nada en absoluto, Tsuyu no sabía ni siquiera que día de la semana era aquella tarde.
Todo por culpa de Bakugou Katsuki.
Cuando escuchó la melodía que daba por finalizada las clases de ese día, el trance del cual se encontraba la liberó y se mantuvo estática por un momento mirando las hojas de su cuaderno, todo en blanco. Su corazón se contrajo preocupada, no era nada bueno que no estuviese poniendo atención a las clases de la academia siendo que lo que más deseaba en el mundo era volverse una heroína profesional, no podía permitir que ese tipo de cosas nublasen su juicio ni sus estudios. Entonces... ¿Por qué había seguido así durante toda la semana?
— ¿Tsuyu, estás bien? — Inquirió Shoji cuando pasó por su lado y la vio algo consternada. La chica lo miró por unos segundos, asintiendo levemente luego de entender la pregunta. —
— Si... Creo que sigo algo enferma. — Respondió guardando sus pertenencias, mas su compañero no parecía muy convencido de su respuesta. — Gracias por preocuparte, gero.
Salió con prisa, casi huyendo de su compañero que no esperó una despedida cortante de ella, ignoró a todos, a sus amigas en los pasillos, a sus profesores durante el paso, incluso las llamadas de Kirishima y Mina cuando no hizo caso, solo deseaba descansar en su cama después de aquel día.
Cuando llegó a su habitación, cerró con seguro y se lanzó de lleno a las suaves sabanas que la esperaban con los brazos abiertos, porque prácticamente no había ordenado su cama por días. Su espacio se encontraba desastroso, algo no tan común en ella quien siempre hacia lo posible por mantener su habitación ordenada y lustrosa. ¿Pero que podía hacer en esa circunstancia? La mente de Tsuyu era un caos casi tan grande como el que se le estaba acumulando en las esquinas de su espacio, y es que desde que Bakugou la besó sin ninguna palabra de por medio hace unos días atrás, los pétalos que vomitaba dejaron de ser rojos casi tan rápido cuando el sol apareció a la mañana siguiente. Debía alegrarle, o por lo menos aliviarla después de todo el proceso que estaba viviendo sola, siendo que la medicina que Recovery le entregaba era tan agotadora como una quimioterapia de menor medida. Pero más allá de calmar su corazón, solo lo confundía más y más.
¿Por qué?
Los pétalos escarlata, o dicho de forma sencilla, llenos de sangre pulmonar. Eran el síntoma fulminante de un corazón destrozado por un amor no correspondido, implicaba que la semilla en su corazón había germinado negativamente y solo deseaba acabar con el dolor llevándola a la muerte lenta, desgarrando sus órganos vitales y pasando hacia sus pulmones. Detener el sangrado de los pétalos era casi imposible cuando se llegaba a aquella etapa, solo indicaba que su máximo dolor había desaparecido, el rechazo de su profesor. Si bien la medicina de la heroína pudo ayudar a que Tsuyu consiguiese llegar a una remisión de su estado, fue justo el día en que Bakugou la besó cuando su dolor desapareció. No era tonta, ese gesto había significado algo para ella que aún no conseguía ver en su totalidad, pero que sin duda era suficientemente importante para permitir que el hecho de que Aizawa la rechazase, no doliese hasta matarla, como una especie de amortiguador que velaba en que cayese lo más cómoda posible aun sabiendo que sangraba por dentro. Por lo que la asustaba tremendamente sobre cuál sería la verdadera razón de su cambio de percepción. Hablar sobre lo que significó ese beso de una vez por todas siempre estaba entre sus opciones, y evitar todo ese bochorno que Bakugou le había ocasionado, pero jamás encontraba la oportunidad adecuada siendo que además, esa tarde él se había ido tan rápido como llegó, sin ninguna explicación posterior.
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Serendipia
RomanceTsuyu Asui suele guardarse muchos secretos, hasta que se da cuenta que los ha acumulado tanto que ha terminado vomitándolos. ''Esos son... ¿Pétalos escarlata?''