Queremos una mamá [TERMINADA Y EDITADA]

capítulo 24

Narra Gabriel

Después de 11 horas y un poco más en el avión llegamos a Mexico.

Son las 9 de la noche, le mando un mensaje a mi hermana avisándole que llegamos y preguntándole como están los chicos, a lo que ella me responde que se durmieron a las 10 de la noche ¿No son las 9 de la noche? me pregunto a mi mismo y luego recuerdo que hay 3 horas de diferencia.

Mile y yo vamos al hotel, en ese momento nos damos cuenta que hubo un error en la reservación y ahora tenmos que dormir en el mismo cuarto, encima de todo había una sola cama
.
-Jefecito

-¿Que Mile?

-¿Vamos al hospital para ver a nuestros hermanos?

-Si, Vamos- digo y nos dirigimos al hospital.

Cuando llegamos preguntamos en la recepción por Belén y Alejo, nos dicen en donde estaba cada uno y también que ambos están muy débiles, pero despiertos.

Yo voy a ver a Alejo y Mile a Belén.

-Hola- digo al entrar en la habitación en la que está mi hermano

-¡Hermano!- me saluda Alejo con una voz muy débil, tiene varias lastimaduras que se hizo en el accidente- ¿Cómo hiciste para llegar tan rápido?- me pregunta

-Dejé a los enanos con Virginia y vine con Milena la niñera los peques porque su hermana está acá igual que vos- le respondo

-Milena se llama la gemela de Belén, Belén es mi esposa- dice Alejo confirmando mis sospechas

-Entonces la hermana de tu esposa es la niñera de tus sobrinos- le digo

-¿Y la mama de los peques?- Pregunta confundido, el no sabe nada de lo que pasó con Luana

-Murió hace dos años, pero ahora lo importante sos vos

-Lo siento mucho y gracias, te quiero pedir una cosa

-Claro ¿Qué cosa?

-Que me prometas que si me llega a pasar algo tu te encarges de que mi hijo y Belén estén bien

-Te lo prometo, pero no te va a pasar nada

-Gracias hermano- dice Alejo con la voz todavía más débil que antes y cierra los ojos, la máquina que está al lado de él comiemza a sonar rápido y fuerte, grito para que venga un médico, a los pocos segundos el médico llega y me ordena que salga de la habitación.

Después de un rato el doctor me dice que hizo todo lo posible pero que lamentablemente mi hermano murió, al escuchar sus palabras me pongo a llorar desconsoladamente, eso de que los hombres no lloran es solamente un mito

Cuando me calmo un poco busco a Mile, la encuentro llorando a mares, Belén murió y antes de hacerlo le pidió que por favor cuide de Alejo y de su hijo, lo primero es imposible pero lo segundo no.

Alejo y Belén nos pidieron lo mismo así que decidimos que los dos nos vamos a hacer cargo de Nacho.

Volvemos al hotel, aunque estamos muy triste tratamos de dormir, yo en el sillón y ella en la cama.

Al otro día cuando nos despertamos llamo a mi hermana y le cuento lo que pasó, ella obviamente se pone muy triste y se lo cuenta a los peques, les dice que el tío Alejo y su esposa se fueron al cielo entonces Nacho va a vivir con nosotros, no se lo toman mal, Tobias esta contento porque ya no va a ser el único varón.

Cuando corto la llamada Mile y yo vamos a buscar a nuestro sobrino que está en la casa de un compañerito del jardin.

-Hola- saludamos Mile y yo al pequeño

-Hola, yo soy Nacho- nos saluda él- ¿Quienes son ustedes? ¿Porque se parecen a mis papás? ¿Dónde están mis papás?- suelta todas esas preguntas apenas salimos de la casa de su amiguito y empezamos a caminar rumbo al hotel, es un nene rubio, más o menos de la altura de Mia y sus ojos son verdes.

-Hola Nacho, nosotros somos Gabriel y Milena, tus tíos, yo soy el hermano mayor de tu papá y ella la hermana gemela de tu mamá- hablo explicándole la situación al pequeño

-¿Ellos dónde están?- pregunta él

-Tus papás están en el cielo- le responde Mile

-¿Ellos se murieron?- pregunta Nacho con los ojos llorosos

-Si, pero siempre te van a cuidar desde ahí, aunque no los puedas ver- le dice Mile y lo abraza

-¿Yo no los voy a ver nunca más?- pregunta el niño

-Los vas a volver a ver cuando te vallas al cielo como ellos, pero para eso faltan muchísimos años, mientras tanto nosotros te vamos a cuidar, pero nos vamos a ir a Argentina-  le dice Mile

-¡Que bien! Mis papás siempre me hablaban de Argentina, decían que era un país muy lindo- dice el pequeño con una pequeña sonrisa- ¿Eso es verdad?- pregunta

-Eso lo vas a decidir vos, en unos días vamos a ir allá- le respondo yo

- ¡Si! ¿Dónde voy a vivir?- pregunta el pequeño

-En mi casa, allá con nosotros viven mis cuatro hijos Luz, tiene catorce años y escribe unos cuentos re lindos, Alma tiene nueve años y es una nena muy soñadora, Tobias tiene siete años y es bastante travieso e inquieto y le gusta mucho estudiar y por último esta Mia, es la más chiquita tiene cinco años es muy traviesa e inquieta, pero también es muy tierna y buena- le digo yo

-Yo tengo la misma edad que Mia- Nos cuenta Nacho

-Creo que te vas a llevar muy bien con ella- digo y entramos al hotel porque ya llegamos.

Milena se queda con Nacho y yo voy a hacer los trámites para poder llevarnos a Nacho a Argentina y que pueda vivir con nosotros.