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De nuevo, diciendo que no lo esperaba, confiaba tanto en ti, eras mi mejor amiga, lo eras. Te has cambiado de grupo y puedo notar lo tanto que te han cambiado. La antigua tú no me haría tanto daño, sí es que existió una antigua. Sí nada de esto fue mentira, a quién debo creerle? A lo que dices? O, a lo que veo? Tus feas actitudes me dañan, mi corazón se cansa de ser un guerrero. Necesito caer ahora, para fortalecerme mañana, podría irme de esta vieja ciudad, pero dejaría tanto. Personas que no valieron nada, la llenan. Pero nadie tan verdadero como para dejarme ir. Porque todos dicen quererme pero nadie lo ha demostrado y no soy lo suficientemente fuerte para dejar ir todo lo que dicen.

Siempre caminando por las mismas calles oscuras buscando una luz. Pero lo único que encontraba era un falsa alarma. Nadie caía aquí por voluntad propia. Caí sobre mi cama, con mi cara pegada a la almohada, respirando todos nuestros recuerdos, fueron muchos pero muy pocos que hayan sido verdaderos. Esa vez que dijiste que me querías, que eras capaz de todo por nuestra amistad, porque eso era. Lo cuál siempre amé. No eramos más que dos personas con corazones que buscaban los brazos de otros. Y nos encontramos, ese trabajo de química sí que nos unió, fue lo mejor, como te quemaste el pelo con un químico, y ver tu nariz arrugaba sintiendo el olor a quemado de tus hebras color rubio. Pero nada fue real, sigo buscando a alguien que lo sea, pero nadie logra superarlo en esta ciudad. Lo poco que pude experimentar me ha defraudado y sigo acá esperando a uno. Sentado sobre mi cama, mirando el cielo dibujado en mi techo. El cual solo esta a dos metros y medio sobre el suelo, y con tan solo pararme de mi cama, puedo tocarlo. Sentir el relieve de la pintura es tranquilizador. Podría sentirme mejor, pero no lo hago. He caído por mi culpa, por creer en alguien que dio negativo, y que quería que de positivo, lo convertí en eso, solo era un camuflaje, me hacía sentir bien.

Pero luego abrí los ojos, estoy parado sobre mi cama, chocando mi cabeza contra el techo, quejándome. Puedo oír a mi madre gritar que la ayude a limpiar, y todo sigue girando, sin importar lo mal que puede llegar a sentarse mi corazón. Porque creí que eras verdadera, eso era lo que buscaba. Pero nada de eso es lo que encontré en ti. Tus amigos me lo habían dicho, pero estaba cegada en tus palabras porque creía en ti. Dijeron que todo era mentira, que no me querías, que solo era una prueba, querías ver hasta donde podía caer. Querías ver si tocaba el fondo del pozo en cual me tiraste, y lo hice. Pero, sigo acá, mirando como la lluvia cae y choca contra la ventana del balcón, puedo notar el viento que azota los árboles porque es el mismo que golpea mi cara mientras atravieso las calles, las siete de la mañana no es la mejor hora para andar corriendo por las calles hacia la escuela, mi último año, debería ser el mejor, pero su traición me dejo sin ánimos para tener una sonrisa a principio de clases. Era el segundo mes de clases, eso era, en un mes se había ganado mi corazón y en tan solo una semana lo había destrozado, que no se puede tener amigos verdaderos? 

Camine por los pasillos despoblados de la escuela, iba a llegar tarde pero eso no hizo acelerar mi paso. Solo miraba el suelo, como mis zapatillas estaba llenas de barro, y como dejaban su huella a cada paso que daba. Mis manos se enterraron en mis bolsillos, hundí mi rostro en mi bufanda. Tratando de ganar calor. Pequeñas lágrimas adornaron mis mejillas, haciendo que el frío se apoderará de mi cara. Nadie entendía como me sentía. Muchos dirían que estoy exagerando, que fue muy poco tiempo, y aunque lo fuera, había significado mucho para mí, para mi memoria. Y dejarme tan humillado, mojado con agua helada y haberme pegado un cartel que decía "no vales nada", pegado a mi frente, realmente me dolió, y lloré, y se burlaron más, porque soy un chico y ellos no lloran, ellos no sienten dolor, ellos no caen, jamás lo hacen. Pero es solo una fachada detrás de un género, o sexo. Y me sigue doliendo, todo lo sigue haciendo, cada palabra que puedan decirme, es solo una más que pueda derrumbar las últimas ruinas de mi fortaleza. Lo único que me queda y ya no importa.

Llegué al salón de clases y toque la puerta, oí un murmullo dentro y, segundos después, la profesora abrió la puerta me sonrió y pase, sin mirar a nadie, mis zapatillas, de una marca rara que mi madre había comprado, solo ellas merecían mi atención en ese momento. Deje que mi mochila se deslizara por mi brazo hasta caer en mi regazo, donde busque dentro lo que necesitaría. La tire al suelo y me hundí en mi banco, prestando atención como los labios de la profesora se movían y recitaban fechas, las cuales a nadie le importan, podría decir lo mismo, pero debo aprobar.

La boca de la profesora dejo de moverse y todos comenzaron a salir del salón, espere a que todos se fueran, sin mirarlos, solo a sus pies. Oí como mi nombre salía de los labios de alguien, elevé mi vista y una cara, con líneas de expresión pero inexpresivo, me miraba. La vi mover los labios, pero nada salía. 

-Qué acaba de decir? Lo siento, no la he escuchado -la profesora se acerco hasta apoyar sus manos sobre mi mesa, poseía una hoja en su mano y me la extendió. La mire y tome la hoja. La di vuelta y tenía muchas fechas. Fruncí mi ceño.

-Son fechas, Shawn, debes elegir un par y hacer un trabajo hablando de lo que sucede puntualmente en ellas, en un contexto histórico importante, si entiendes, no? -la mire y asentí. Guarde la hoja en el papelerio que era mi carpeta. Y salí al recreo, creo que un libro podría calmarme.



(...)




CERRADO

El cartel que más odio en toda mi vida, estaba colgado sobre la puerta de la biblioteca.

Hasta nuevo aviso

Estaba escrito debajo en letras minúsculas, queriendo no ser notadas. Fruncí mi ceño, esto no puede estar pasando.

Mire a los lados y una chica corría hacia mí. Bueno, no lo hizo hacia mí sino hacia el cartel en mis manos. Oí como soltó un bufido, la mire y solté el cartel, colocándolo de nuevo en la puerta. 

-Es un descaro, segundo mes de clases y ya la cierran -veo como golpea con su pie la puerta, causando un eco dentro de la habitación. La miro y noto que es más baja que yo, lo que llego a ver es su cabeza y no su rostro. Sonrió por eso. Ella lo nota y me mira con el ceño fruncido- No digas que soy baja porque tú eres un rascacielo andante -me apunta con su dedos índice y por un momento deje de sentir dolor. Levante mis manos a los lados de mi cabeza, en son de tregua y ella sonríe.

-Soy Shawn, que te trae por aquí? -empezamos a caminar por el pasillo. Ella sostenía un par de libros contra ella. Me sonrió.

-Digamos que la biblioteca es un buen lugar donde esconderse y ser uno mismo -y esa repuesta no me la esperaba, mi ceño se frunció por sí solo y paré de caminar. Esto no puede estar pasando, no de nuevo, no cuando se ha roto hace muy poco. Mi corazón no puede entregarse en otros brazos, no ahora, no por ahora. Le sonreí y camine hacia el lado contrario, esto no puede estar pasando. 

Real Friends|S.M|TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora