Cruce la entrada de la escuela, la semana había pasado y con ella mis ganas de conseguir amigos. Todos llegan al punto de defraudarme, quizás no debería de abrir mi corazón al primero que quiera entrar. Todo empezó hace un par de años tenía un mejor amigo, Joseph, éramos muy unidos porque nos conocíamos desde pequeños. Una vez, tendríamos unos 14 años, fuimos a nuestra primera fiesta, todo era nuevo porque nunca nos habían invitado a una. Era en la casa de una tal Fernanda, era una de las populares en ese entonces. Nos sentimos emocionados, "una popular nos invito a su casa", habíamos dicho, no lo podíamos creer.
Estábamos sentados en una esquina hablando sobre una chica, era guapa y se había vestido muy linda. Joe, como todo un chico sin vergüenza, se acerco y le pidió bailar. Me sorprendí, la chica le dijo que sí, Joe me miró y se encogió de hombros, empezaron a bailar. Desde ahí, mi vista empezó a recorrer todo el lugar, en el medio de la pista de baile, una chica bailaba de forma lenta aunque la música era muy movida, lo recuerdo porque la gente se movía demasiado rápido, pero ella no. Me llamó la atención, así que me dedique a mirarla. La chica después de unos minutos se dio cuenta de mi mirada. Se acerco a mí y me pidió un baile, no pude negarme, nunca ninguna chica me había invitado a bailar. Bailamos un rato y la chica se pego a mí, me abrazo y luego me dio un beso, fue bastante profundo y era el primero que daba. La chica se separó de mí y miro hacia atrás, me gire y un chico me miraba furioso. Sin más, la solté y salí de la casa. Me sentí utilizado, había servido para darle celos a otro chico. Eso realmente dolió. Sin dudas esa fue mi primer decepción de personas que no sean mi familia. Porque, restandole que no la conocía, pensé que, no sé, era un puberto, pensaba demasiadas cosas, creí que seguiríamos hablando y saldríamos, eso había creído, fui un estúpido.
-Hey, ten más cuidado -dijeron luego de sentir un impacto contra mi cuerpo. Mire hacia delante y me encontré con Francisco. Le sonreí y nos saludamos.
-Cuanto tiempo, amigo, como van la cosas? -le pregunte cuando nos corrimos a un costado, salvándonos de la multitud de gente que quería llegar a clases antes de la campana.
-Em, nada interesante, y tu? -metió sus manos en los bolsillos.
-Cuento lo mismo -le sonreí. Hace bastante que no lo veía. Nuestros horarios no coinciden y en los recreos jamás lo vi. A veces, pienso que las personas que conozco se juntan para ver cuando desaparecen de mi vista.
-Bueno, te dejo mi número, llámame cuando quieras, nos vemos -desapareció rápidamente de mi vista, eso fue sospechoso. Me encogí de hombros y guarde el papel en el bolsillo trasero de mis pantalones.
Tome mi abrigo y abroché el cierre de la campera, ajuste mi gorro y seguí caminando hacia el salón.
Conocí a Francisco hace un año, la escuela había hecho un campamento y, como mi mamá me quería fuera de casa(como siempre), tuve que ir. Me había sentado en uno de los últimos asientos del autobús, no tenía ganas de hablar con nadie, tenía 17 años y mi mamá me había obligado a ir, por mí, hubiese golpeado a alguien ese día, pero Francisco me lo había impedido. Habían pasado dos horas y la encargada nos había dicho que teníamos que ir a acomodar nuestras cosas en las cabañas. Entré en la mía, la numero 3, me había tocado con Francisco y unos chicos más. Estaba a poco de subirme a la cama de arriba cuando uno de mis compañeros de cabaña me empuja, caí al suelo y esté subió por las escaleras hasta llegar a la cama y tirarse. Me enfurecí, todo lo que no le dije a mi mamá, se lo había dicho a él. Tome el cuello de su camiseta y lo saque de la cama, sus pies habían chocado fuertemente contra el piso, el tipo se mostró miedoso, pero luego no. Mi puño estaba preparado para estamparse en su pómulo. Pero Francisco me detuvo. Diciendo que yo no era así, que jamás había actuado de esa forma. El tipo en ese entonces no me conocía pero le había creído. Así que, lo empuje al piso, librando mi mano de su agarre y subí a la cama y me tiré sobre esta, odiando a cada uno de mis compañeros. Al otro día, Francisco y yo, empezamos a hablar y a burlarnos de los populares, fue una graciosa conversación.
Entré al salón junto a la profesora, le brinde un saludo y camine hacia mi banco. Mire a toda la clase, pude ver que Clarie había tirado una mirada fugaz hacia mí pero seguí con mi recorrido. La profesora hizo una pregunta sobre el tema de la clase, la cuál respondí, y en menos de todo, había terminado el día escolar.
Junte mis cosas y colgué mi mochila al hombro. Camine delante del escritorio de la profesora cuando me llamó.
-Shawn, querido, puedes acercarte -me di vuelta y volví mi camino hacia la profesora. Me posicioné frente al escritorio, mirándola. La profesora se sacó lo anteojos, luego de dejar unas hojas sobre el mismo, me miró-. Quería pedirte ayuda -esto no va por buen camino-, eres un buen alumno, tienes buenas notas -demasiados halagos-, pero no todos son así -ya se a donde va esto-, pensaba sí podías ser el tutor de Alison -Una chica se acerco por atrás mío y se coloco a mi lado-, ella es Alison -la mire y le sonreí-, podrías hacerlo? Las tutorías serían fuera del horario escolar, pensé que así no se sentirían tan presionados y podrían conocerse, que dices, Shawn? -las dos me miraban expectantes. Podría decir que no pero, a) la profesora se enojaría y, b), mi mamá también lo haría, diría algo como, "yo te críe para que ayudes a la gente cuando puedas y no sea algo que te perjudique a ti ni a otro".
-Claro, puedo hacerlo -les sonreí y luego de haber recibido el número de Alison, y saber que me mandaría un mensaje mañana para juntarnos, salí al pasillo, para perderme en el tumulto de gente rumbo a la salida.

ESTÁS LEYENDO
Real Friends|S.M|TERMINADA|
Cerita Pendek"Solo estoy buscando verdaderos amigos" Inspirada en la canción de Camila Cabello, "Real Friends" DERECHOS RESERVADOS Prohibida su copia parcial y/o completa sin previo aviso.