Acababan de volver a introducirme en la celda junto con mis compañeros, después de un duro interrogatorio en el que, no pararon de meterme la cabeza en un barreño de agua helada. Me pitaban los oídos y me sangraban las manos por los cortes que me había hecho arañando el metal intentando escapar. En cuanto estuve en la celda, mi compañero Lorenzo me hizo un chequeo rutinario, era toda una suerte para nosotros tener a un médico en el pelotón. Somos cinco en total; un pelotón sencillo; con la ventaja del medico Lorenzo y dos artilleros pesados Álvaro y Alfredo. El resto del pelotón es mi segundo al mando Luke y yo Alex. Solo nos habían dejado quedarnos con nuestro mono simple de camuflaje. Todas las armas nos habían sido confiscadas o eso creían ellos. Nuestra celda estaba a nivel subterráneo en un complejo de un C.M.E.I. al norte, había otra celda ocupada por otros militantes de otro C.M.E.I. aliado al nuestro. Pese a tener armas no teníamos un plan de fuga así que no nos quedaba más que esperar, cuando,… ¡BUMMMMMMMMMMM!...¡BUMMMMMMMMMMMM! Dos detonaciones que procedían de arriba nos hicieron levantarnos a todos los que estábamos en las celdas. Yo ya sabia lo que pasaba…
-Ya están aquí. Álvaro y Alfredo abran la puerta y liberen a nuestros aliados después escoltadlos hasta nosotros, pero que, antes Lorenzo les haga un chequeo médico de urgencia. Luke y yo nos intentaremos hacer con algunas armas y las traeremos aquí. Seguramente el oficial al cargo de la operación de rescate sea el capitán Wolf, si vienen a buscarnos sabrán donde está la cárcel así que lo mejor será que los esperemos aquí, primero nos atrincheraremos. Para poder defender mejor nuestra posición. ¿ENTENDIDO?????
- Uuaaaaaaaaaaaa……- gritaron todos los prisioneros de la cárcel al unísono. Mientras los artilleros sacaban pequeñas cantidades de C4, que habían escondido en sus botas y calzoncillos, y los colocaban en las bisagras de la puerta mientras colocaban cables y detonadores. En menos de 2 minutos habían logrado salir todos de la celda y el médico Lorenzo con su cuchillo forzaba la otra cerradura.
Mientras Luke y yo abrimos la puerta que comunicaba a un largo pasillo y nos dirigimos hacia la sala de torturas.
Allí ya solo quedaba el torturador que estaba de espaldas a nosotros así que le indiqué a Luke que esperase mientras yo me abalanzaba sobre el hombre y le introducía mi cuchillo entre sus costillas hasta llegar al corazón, él se resistió pero no duro más que unos cinco segundos. En la sala había una puerta interior que conducía a un reducido arsenal así que pese al olor de la sangre, el sudor y la orina. Cogimos todo lo que pudimos y fuimos a la cárcel. Hicimos 4 viajes más hasta que vaciamos el arsenal y nos abastecimos completamente. Durante los viajes no nos encontramos a nadie mas pese al ruido de los disparos y de las botas pesadas caminando en el piso superior. Una vez en la cárcel me acerque al doctor: -¿Estado de los otros prisioneros?- Le susurre al oído para que los pacientes no nos oyeran.- ¿Qué les ha pasado? ¿Qué son esos pinchazos?
-Están despiertos, pero su corazón late muy despacio. Al parecer según me han contado con señas son simples granjeros a los que al parecer inyectaban todos los días una solución amarillenta que no saben exactamente que era o de donde surgía.-Continuo hablando en voz baja.- Estos granjeros no nos sirven de nada, señor. Yo los dejaría aquí, no aguantaran mas de dos días aquí así que, ¿por qué, no matarlos? Les haríamos un favor, justamente yo estaba pensando…
- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡QUE NO SON DE UTILIDAD LOS GRANJEROS!!!!!!!!.- me di cuenta por la cara de todos los presentes de que había elevado demasiado la voz.- ¿Sabe de donde procedo, Soldado?.- Pese a hablar susurrando ahora remarque la palabra soldado
- Si señor. Pero su caso es distinto. Sus padres…
- Mis padres no tienen nada que ver en como soy. ¿Entendido?
-Si…-Estaba apenado, y solo levanto la mirada cuando comencé a hablar de nuevo.
-Haz todo lo que puedas por salvarles la vida. Y es una orden, Doctor.- Le miré fijamente para ver si osaba desafiarme con su mirada pero, en el solo veía la mirada de obediencia que esperaba ver.
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Comandos escolares
Ficção HistóricaUn mundo totalmente militarizado donde no hay sitio para los sentimientos, solo existe crueldad, armas y maldad. Donde chicos de colegio se enfrentan entre si usando estrategias militares y armas potentes. Podrá el protagonista de esta historia salv...