CALMA

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En esos momentos no se piensa lo que puede pasar… solo se piensa en el mañana, así que yo me dije esto o termina aquí para mi o todos nos vamos a casa. Desenganché la ametralladora del calibre 50 y con la furgoneta aún en movimiento, me ate a la parte superior de la cabina y empecé a disparar al depósito del helicóptero, sin parar de gritar AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa……..

Las balas parecían rebotar pero el helicóptero iba más lento, así que pase al plan B. Cargue una pelota de Sentex en mi lanza granas y apunte al depósito de misiles aire-tierra. Esos momentos de calma, cuando nada importa, apenas se viven en el campo de batalla, pero siempre están, antes de disparar, así que. Dispare, una bola que se extendió en una pequeña masa, una masa que podía salvarnos la vida a todos o matarnos, pero nunca sabré si mis esfuerzos sirvieron de algo porque entonces Gómez desde el helicóptero lo elevó y se encaró al enemigo, e hizo que le persiguiera. Pero el Black Hawk estalló, entonces comprendí que Gómez me había leído el pensamiento y me había acercado el Black Hawk para que lo tuviera a tiro. Hoy el sentex nos había salvado, otro día intentaría matarnos a manos de nuestros enemigos.

Gómez al mando de la ametralladora del helicóptero mandó a los pilotos aterrizarlo.

-Buen trabajo, Gómez.-Mi mirada le decía todo lo que no le decían mis palabras, le daban mis más sinceras gracias.

-Un placer señor.- Su mirada denotaba cansancio, coordinar toda la operación aunque sea fuera del campo de batalla cansa mucho. Además se le veía preocupado por otra cosa.- Hay un problema señor el helicóptero…

-No me lo digas. No tiene la capacidad suficiente para llevarnos a todos.- Era el temor que mas me rondaba por la cabeza.

- Si, señor siento comunicárselo pero los prisioneros heridos no caben señor. Solo podrían entrar 2 o 3 y señor…-No se atrevía a seguir, el fiel Gómez nunca dejaría morir allí tirado a nadie y yo lo sabía.

-¿A cuanto estamos del campamento base Gómez?- Para cualquier otro esta pregunta no habría tenido sentido pero Gómez ya leía mis pensamientos.

-Señor, con el debido respeto no es de nuestra incumbencia ni nuestra prioridad.- Mi mirada fría como el hielo le hizo callarse en seco, se resigno.- Señor, estamos a unos 300 Km del campamento base, en helicóptero apenas unos 15 minutos a paso lento. En vehículos terrestres unas 3 o 4 horas. De todas formas yo recomendaría que se dirigieran a un pueblo cercano y esperasen comunicación y ordenes de la base.

-Hazlo, que suban todos los heridos yo me quedo.- No era la primera vez que ganaba méritos por tener que sobrevivir a condiciones más extremas que el esperar ordenes u otro helicóptero para una extracción. Pero ya me estaba cansando de que siempre fuera igual.

- Yo me quedo con el capitán Gómez, Wolf necesita atención médica.- Rodríguez salía como siempre con lo mismo.

-No….aaaaaaa….- La mala postura que había hecho con el costado me había producido dolor, me mire el pecho y el abdomen, y lo vi, estaba ensangrentado completamente,¿ de quien era esa sangre? Entonces comprendí que...era mía, Mi sangre, tenia más de diez disparos de bala en todas las protecciones delanteras y entonces lo vi. Cuando disparaba al helicóptero su ametralladora me había disparado sin tregua y con poco tino, además de los nidos de ametralladoras que me habían mellado los brazos.- Sargento le prohíbo que…

-Cómo médico le relevo del mando y le prohíbo que me desobedezca, Gómez sáqueles a todos de aquí.

Vi que ya habían cargado a los heridos, que estaban sedados y tumbados en la parte de equipaje, la parte que ahora Rodríguez cargaba en la furgoneta y la furgoneta la llenaba con 4 motos mal colocadas, yo lo puedo colocar mejor pensé.

Ahora, con todo preparado nuestro helicóptero de transporte de tropas, un modelo modificado del anticuado Black Hawk que nos había atacado, despegaba ya rumbo a la central de mando donde les recibirían con los brazos abiertos, comida, agua, y una cama caliente.

En cambio a mi me tuvo que ayudar Rodríguez a montar en el asiento de copiloto de la furgoneta, y ella se puso al volante sin saber muy bien como ponerla en marcha.

-Te cambio el puesto.- Dije sin apenas pensar, ya estaba delirando como siempre que a mi cuerpo lo agujereaban con más  balas de las recomendadas.- Gira la llave y presiona el embrague, embrague cambio de marcha, este es el acelerador en medio el embrague y el freno al otro lado. ¿Entendido?

Fue lo único que pude decir antes de que la inyección que Rodríguez me clavó con excesiva fuerza hiciera su efecto y me narcotizase.

Comandos escolaresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora