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Entonces de pronto, ya no lloraba tan a menudo, ya habían momentos largos en los que no me acordaba de ti. Y llegó él punto en él que de nuevo todo volvió a la normalidad o bueno al menos eso pretendía.
Baje mucho de notas, nunca fui muy inteligente pero iba bien en la escuela, me quede sin muchos amigos, apenas tenia a dos amigas que seguían a mi, y eso algunas veces porque otras parecía que no existían para mi ni yo para ellas.
Pero eso era lo de menos, te estaba superando y eso me hacia feliz.
Ya no me incomodaba pasar junto a ti y tus amigos, me venia valiendo que me gritaran zorra y me señalaran ya era solo la misma rutina de siempre que ya no me parecía traer sentido.
Y tu, pues, seguías igual. Fingiendo estar bien.

LA HISTORIA CON MI CRUSHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora