ALIVE | Fan-fic de Louis Tomlinson

Capítulo 33. ¿Quieres irte?

Domingo 5 de enero del 2014

[Punto de Vista Julia]

Le miré sin saber bien qué decir y volvió a posar sus labios en los míos, durante unos instantes. Entendí que quería demostrarme que iba completamente en serio y lo agradecí; incluso aunque no fuera el momento. Hizo ademán de entrar pero apoyé la mano en su pecho, haciendo que se detuviera.

- No, espera.

Me miró confundido.

- ¿Qué pasa?

- Están Judi y Em.

Dirigió su mirada hacia la nada durante unos segundos y sus ojos se posaron en mí de nuevo con un brillo que nunca antes había visto en ellos.

- Vamos a hablar con ellas, entonces.

Volvió a hacer intento de avanzar y en esta ocasión tuve que emplear toda mi fuerza para que no lo hiciera.

- No, no.

Frunció el ceño y desencajó la mandíbula.

- ¿Por qué no? ¿Ya no quieres contarlo?

Su voz tembló y pasé una mano por su nuca, acariciando su pelo. Apoyé mi rostro en una de sus mejillas y cerré los ojos durante una milésima de segundo. Estaba completamente decidido a hacerlo y, sin embargo, en esos momentos no era posible. Lo último que necesitaba Judi era que le metieran más cosas en la cabeza; no iba a perturbar la poquísima calma que le quedaba con algo así.

¿Por qué tenía que tomar la decisión en una situación tan inoportuna?

- Claro que quiero, Lou. Siempre he querido.

- Pues vamos a hacerlo. Vamos a empezar por ellas.

- No es el momento.

- ¿Por qué no? -Cuestionó, de mal humor.

Acaricié su rostro tratando de tranquilizarle. Era evidente lo muy nervioso que estaba y ni me gustaba verle así ni quería que siguiera sintiéndose de esa manera mucho más tiempo.

- Hazme caso, no es el momento.

Desvió su mirada hacia su izquierda y giró su cuerpo. No tardé en comprender que pretendía marcharse sin decirme nada más. Sostuve su brazo impidiendo que siguiera avanzando y me coloqué frente a él, obstruyendo la salida. Retomé el contacto con su rostro y le obligué a que me mirara.

- No te enfades, por favor. En cuanto pueda voy a verte a casa, te cuento todo lo que está pasando y hablamos, ¿vale? Espérame allí, por favor -dejé pasar unos segundos sin obtener respuesta y me puse de puntillas para darle un suave beso-. ¿Qué te pasa?