ALIVE | Fan-fic de Louis Tomlinson

Capítulo 21. ¿Y con quién sueñas?

Viernes 6 de diciembre

[Punto de Vista Sam]

Es cierto que Louis no tenía buena cara cuando él y Julia regresaron. Emily y Judi se acercaron al instante a él y pude oír sus “¿qué tal?”, pero yo me mantuve al margen. De nuevo, estaba completamente enfadado. Louis podría haber escogido a cualquier otra persona de los que estábamos allí para ir a tomar el aire, si tan mal se encontraba, pero no. La había elegido a ella. ¿Por qué?

- Estoy algo mareado... -Escuché decir a mi amigo.

Sus ojos se clavaron en Julia tras pronunciar esa frase. Ella también tenía la vista fija en él, y era evidente la preocupación en su rostro.

Me hervía la sangre. No tardaría demasiado en empezar a salirme humo por las orejas. Nunca me había considerado una persona celosa, y hasta ese momento ni siquiera me lo había planteado; claro, que otro gallo cantaría si ellos no me dieran motivos para estar así.

Resoplé con fuerza y giré la cabeza.

No quería ver más.

[Punto de Vista Julia]

Si no llega a ser porque estaba segura de que Louis no lo aprobaría, esa noche Sam no se hubiera librado de una buena charla con mosqueo incluido. ¿Pero quién se creía? Es más, ¿quién se creía que era yo? Cuando oí cómo suspiraba por décimo novena vez me pregunté si realmente consideraba que yo era suya; de otra manera, no podía explicarme su comportamiento. Apreté los dientes. NO ERA SUYA. ¿Cuándo iba a empezar a darse cuenta?

Lo miré con cara de pocos amigos pero él había desviado su mirada hacia la derecha. Entonces sentí cómo un brazo rodeaba mi cuello y volví a centrar mi atención en Louis. Me atrajo hacia él y me dio un suave beso en el pelo que despertó un torbellino de emociones, con su epicentro en mi estómago. Sabía que tanto Judi como Emily estaban mirándonos; ninguna de las dos se atrevió a decir nada y comprendí que, puede que por primera vez, se dieran cuenta de que algo estaba pasando entre nosotros.

- Quiero irme... -Susurró Louis en mi oído.

Apoyé una mano en su pecho y me coloqué de tal manera que nuestros ojos pudieran mirarse con facilidad.

- No voy a tardar mucho en irme -afirmé-, puedo llevarte. He traído coche.

Asintió despacio.

- Cuanto antes, mejor...

Cerró los ojos y reprimí una risa. No me gustaba verle en ese estado de malestar pero, por otro lado, estaba muy gracioso tratando de disimular la enorme borrachera que se había cogido de manera inesperada.

- Vale, pues vámonos, anda -dije, entre risas-. Voy a por tu abrigo, ¿dónde está?

- Puf... -Se pasó una mano por la cara y, esta vez sí, reí a carcajada limpia. Las chicas se sumaron a ella-. Pregunta a Niall o a alguno...

Rocé su hombro antes de perderme entre la gente, mordiéndome los labios. Reacción, por supuesto, provocada por él. Esa noche estaba arrebatadoramente guapo. Conservé su imagen en mi cabeza hasta que volví a estar frente a él, con ambos abrigos en mi poder.

- Déjale sano y salvo en casa -Emily me besó en la mejilla y después se separó, manteniendo la vista fija en mí. “Ya hablaremos”. Eso fue lo que me dijo con la mirada.

Nos despedimos de todos, incluido Sam, que no cruzó más de dos palabras con cada uno.

No me gustaba que esa situación se estuviera dando con él, pero, en realidad, no le debía nada. Mucho menos esa especie de “fidelidad” que parecía reclamarme. No era suya. Esa era la auténtica realidad.