[1]Sentimientos odiados.

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Sentimientos odiados. 1.(PROLOGO).

Me puse mis zapatos rosas y salí a la calle, miré hacía arriba, las estrellas estaban bonitas, suspire y trate de olvidar lo que sucedió hay adentró como siempre hacía.

Comencé a caminar hacia la plaza publica y me senté en un banco, a mi lado había una persona pero ni me fijé en eso, simplemente quería estar sola, sin nadie conocido y sin nadie mirándome mal pero eso no duro mucho tiempo.
Mi celular empezó a sonar, lo saque del bolsillo con pocas ganas <Mamá>. Le corté de inmediato.

¿Que quiere decirme ahora?, ¿que le perdonara y todo lo de siempre? Que ni sueñe.

Se supone que las son buenas con sus hijos, amables y preocupadas... ¿Porque la mía no es igual?.
Mi celular volvió a sonar <Mamá> la rechacé apretando mi dedo muy fuerte como si estuviera lastimando a mi madre de ese modo, apague el celular para no ver su apodo mal recibido de "mamá" de nuevo en mi celular el cual ya estaba muy maltratado.

Mire a mi alrededor, la verdad es que estaba todo muy tranquilo y pacifico. ¿Porque yo no me siento igual? Mi odio y impotencia eran muchas ¿porque mi padre nunca dice nada?, ¿porque es tan débil?, ¿porque mi familia no es normal?.

Un nudo comenzó a crearse en mi garganta por las ganas de llorar , joder no quiero llorar, no quiero ser débil. ¿Porque siempre me pasa todo a mi?, ¿Porqué ... Porqué?.

Tenia ganas de llorar, ganas de romper algo, ganas de gritar mis sentimientos y que alguien los escuchara.

Sin pensarlo dos veces y con lágrimas en mis ojos tratando de no caer por mis mejillas, apreté muy fuerte el celular poniendo todos mis sentimientos de odio en él, me levante de la banca y lo lancé al suelo con todas mis fuerzas gritando con todo mi ser, se escucho el sonido de vidrios romperse y el fuerte golpe del mismo y en esa pose callada me quedé... Observando mi celular boca abajo.

—¡¿Que te pasa estas loca?!. —Grito la persona masculina que estaba sentada en la banca.

La verdad no se que estoy haciendo con mi vida, no sé nada, no se porque me toco esta vida de mierda y pensando eso mis lágrimas resbalaron por mi mejilla.

—¡¿Me estás escuchando, qué diablo hacés?! —Grito nuevamente. Me estaba fastidiando la verdad ¿Porque simplemente no se queda callado? Apreté mis dientes junto a mis puños y salí corriendo a toda velocidad mientras lloraba haciendo que el sentimiento de odio desvanezca y en su lugar quedaba uno de tristeza.

Uno el cuál odiaba, odiaba estar triste, odiaba ser débil, odiaba que me tengan lastima odiaba todo...

Me detuve una vez que mis piernas no daban para más, me senté en el suelo del asfalto en medio de la calle.
Mi respiración estaba acelerada, seque mis lágrimas y me calme; calme mi respiración, calme mis lágrimas, calme mi odio.

Me relaje en el suelo rescostandome en el duro cementó de la calle y no pense nada simplemente me quede hay, tirada, relajada, no miraba nada específico solo estaba hay tirada en el suelo como si no existiera, la calle estaba desierta y nadie era testigo de mi presencia, estaba sola y me gustaba.

Después de varios minutos recostada me levante con 0 ganas de vivir y odiaba eso, me sacudí mí ropa y reconociendo el lugar donde estaba me dirigí a mi casa.

Las luces apagadas me decían que todos ya estaban durmiendo, eso me tranquilizó, me detuve en mi puerta y busque mi celular el cuál tenía el llavero, se me fue el alma al recordar que lo lancé al piso.

—No, no, no, no. —Dije rápidamente y en voz baja, lo último que quería era despertar a mis padres.
Me gire mirando la calle mientras me sostenía mi frente.
¡MIERDA! Corrí hacía la plaza rezando de que nadie lo haya agarrado.

No me importaba mi celular ya qué tenía otro en mi casa, lo que me preocupaba eran mis copias de llave de toda la casa.

¿Como pude ser tan estúpida?, ¡mierda, mierda, mierda!. La plaza estaba a 30 minutos de mi casa y obviamente no iba a durar tanto corriendo y tuve que elegir la caminata rápida y odie no ser tan atlética.

Al llegar a la banca mi celular no estaba, solo estaban los pedacitos de vidrios en el suelo y casi me muero muerta hay nomas.
Trate de tranquilizarle y buscar bien, ¿Talvez alguien lo pateo?, me agache y busque abajo de la banca y en los alrededores, ¡No estaba!.

Me senté en el suelo y me quede en estado boba.

¿Y ahora como entro a mi casa?.

¡Ay no mis padres me van a matar!.

Corrí hacía mí casa maldiciendome a mi misma por ser tan tonta.

Al llegar sin aire, mire el segundo piso, alguna forma tendría que aver para subir a mi cuarto; no había balcón, no había un árbol, no había alguna enredadera, no había nada, simplemente una pared lila con una ventana simple.

Suspire frustrada. Sin pensarlo trate de escalar la pared que era ridículo pero tenia que intentarlo.

Y no, no soy spiderman, no pude ni trepar diez centímetros y así que tenía dos opciones.

1)-Tocar el tiembre y gritar para que alguien se despierte y me abran.

2)-Quedarme a dormir en el piso como un perro.

3)-Aprovechar la situación para escapar de mi casa.

Ninguna opción me gustaba y la verdad que no tengo otro lugar donde ir y ese es una desventajas de no tener amigas que vivan cerca o alguna de esas cosas.

Elegí la opción 2, me senté en el suelo alado de la puerta y maldeci a mis padres por no poner balcón o alguna escalera de emergencia.

Continuara...

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Comunicada con mi enemigo.© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora