Comunicada con mi enemigo.©

[12] Tensiones.

Mire el techo de la habitación recordando la mirada de burlar de Bruno durante toda la cena, era tanta la humillación que se me había ido el hambre pero aún así me obligué a comer, María y Martha eran las únicas que no me juzgaban con la mirada.

Me tape la cara con ambas manos, ya era suficiente humillación por un día.

Escucho que habren la puerta de la habitación y me siento rápidamente.

-Maria me contó su lindo y épico comienzo de su hermosa amistad.- Bruno estaba recostado en el marco de la puerta. -Sin mencionar que no te bañaste.

-Largate.- Escupi enojada, me acomodé en la cama para no quedar con puntos ciegos y parecer fuerte.

-Esta es MI casa, disculpate.

¿Cuántas casas tiene? No era su casa esa quinta donde todos van a sus fiestas, bah este se cree dueño de todo, seguro está mintiendo y es un don nadie.

Me levanto de mí cómoda pose y me acerco unos pasos hacia él.

-Ni creas que me creo tus bobadas de "dueño de todo".

-Todo lo que está aquí me pertenece niña tonta.

-Seh claro.- Digo sarcástica.

-¿Envidia?.- Dice con cara de winer; una ceja levantada, sonrisa arrogante y una mirada relajada.

-Por favor no me hagas reír- Digo balbuceando divertida.-¿Envidia de que? Imbecil.

-Ya empiezas a sacar tus garritas...zorrita.-Lo miro de inmediato sorprendida.

-Zorra tu madre.- Digo ofendida.

Risita de burla- Te obligare a irte de esta casa, de las buenas o de las malas.-Dice malisionamente divertido.

-¿Que me amenazas la c*ncha de tu madre.?- Digo con actitud agresiva.

-Ya verás, por escupirme en la cara.

-Ni te esfuerces porque no pienso irme.

-Eso lo verem...- Iba a decirme algo pero su teléfono empezó a vibrar lo cual se alejó del marco de la puerta para cerrarla y contestar el celular.

Me relajó soltando el aire de mis pulmones y vuelvo a tirarme de golpe en la enorme cama para dormir.

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Habían cosas que no entendía y una de ellas es para que sirven tantas cucharas para un postrecito de flan.

Todo una novata en la vida de gente con plata, agarre cualquier cuchara y empecé a comer el flan.

Me sorprendió cuando Martha me dijo que como regalo me podía cocinar cualquier cosa que yo quisiera para desayunar.

Elegí flan, pensé que los flanes aquí serían enormes y diferentes pero me equivoqué, me sirvió un mini flan con jarabe y una mini taza de té con miles de cucharitas de todo tipo y tamaño.

-Me puedes decir que mierda pensabas.-La voz susurrosa de Marcos me sorprendió, ¿Acaso todos aquí son ninjas? Mire detrás mío, definitivamente era Marcos vestido muy elegante.

-Hola Marcos.-Saludo con normalidad.

-Belén dime que lo que me contó Martha es mentira y solo estaba jugando conmigo, por dios.-Susurra muy estresado.

-Pues no sé que te habrá contado. Pero el mini flan me decepcionó- Digo comiendo el flan con una mini cucharita.-Es como un flan común y corriente.-Susurro como si fuera pecado decirlo en voz alta.