Strange Animal [Katsudeku]

«1»

Luego del incidente con el felino, Katsuki se había devuelto a su cama.

A pesar de que había intentado varias posiciones para dormir, todas le incomodaron. No, de hecho, el no podía conciliar el sueño de forma sencilla cuando un mal presentimiento iba creciendo en su interior. Y el nunca le habia tomado atención a ellos, y tampoco iba a hacerlo a las 1:18 de la noche.

Quedando boca abajo, le bastó unos cinco o seis minutos para caer en un sueño algo ligero.

Escuchó el sonido de la sirena de una ambulancia. Tal vez fue un sueño. Pero fue muy real, y aun así no despertó.

(. . .)

Al otro día de la pérdida, Katsuki había salido de su habitación como si nada hubiese pasado, soltando un bostezo cerró la puerta de su habitación tras de si.

No era tan temprano, asi que supuso que su madre estaría despierta. Caminó descalzo hacia la sala de estar, vistiendo solo con un pantalón gris para dormir aun somnoliento. Cuando estuvo a punto de tomar el control remoto de la TV que estaba sobre un mueble, la voz de su madre le sorprendió y paralizó.

— Katsuki. — Le llamó.

Su voz sonaba tan suave y débil que le llegó a dar escalofríos.

Apretando sus labios, el rubio volteó. Pudo apreciar a su madre sentada en el medio de su sofá preferido, con la posición de un indio mientras su cuerpo era cubierto por una manta delgada. También sostenía una taza humeante entre sus manos, supuso que seria café. Mantenía su mirada agachada en el liquido.

— Buenos días, vieja. — Le saludó.

— Katsuki.. Necesito.. — Le dio un sorbo al café. — Que vayas a casa de... — Su voz sonó quebrada. El rubio logró escuchar como ella se carraspeaba para volver a hablar. — De Inko.

Frunció ligeramente él ceño. Antes de poder reclamarle, la figura de su padre tratando de llamarlo a traves de gestos acaparó su atención. El gesto era para que se acercara. Chasqueó su lengua y obedeció.

Cuando estuvo en el pasillo, su padre retrocedió. Y él avanzó hacia el.

— Hijo.. Hay algo que debo decirte. — Masaru hablaba en susurros, lo suficientemente bajos para que su esposa no escuchara y lo suficiente alto para que el menor si. Mientras tanto, ponía su mano derecha sobre el hombro de su Hijo.

Katsuki frunció el entrecejo. El actuar de sus padres le hacía sentir algo incómodo. Y el no saber por qué le hacía cabrear.

— ¿Que sucede, viejo?, ¿Que demonios le pasa a la bruja? ¿Por que quiere que vea a la señora Midoriya?

Masaru guardó silencio, buscando las palabras adecuadas para darle la noticia.

— Sucede que la señora Midoriya... Ella, ayer..

— No jodas, ¿Se peleó con la bruja? — Katsuki apretó la mandíbula. Nadie trata mal a la vieja bruja de su madre. Excepto él.

Pero claro, no iba a meterse en esos problemas.

— Ahora mismo le diré a la vieja que no me mande a sus mierdas... — Dijo mientras se volteaba, preparado a decirle aquello a su madre y darle a entender que él no es de recados.