* Hiiii, cuanto tiempo, aquí os dejo un nuevo cap y recuerden la multimedia*
Después de la clase de vuelo tuvimos un descanso para comer. Llegué junto a Leo y Kael a la cafetería, las miradas cada vez eran peores, no sé si son más demonios, los demonios o las hadas y ninfas que parece que quisieran devorarme. Compré un bocadillo y un batido y me senté en una mesa junto a los chicos.
—¿Estás bien?— Preguntó Kael.
—Ni de coña, todos los demonios están aquí.—Dije y miré a Leo que estaba sorprendido.— Perdón, no me refiero a los daemones, sino a los demonios que nos miran con desprecio y sed de matar.
—No les escuches.— Dijo Leo mirándome fijamente a los ojos.
— Pero...No salen de mi cabeza sus murmuros "fea, friki, gorda, nerd, guarra".—Dije casi temblando, si, no soy tan fuerte como parezco nunca había sido insultada de esa forma, tengo miedo.
—Tranquila Lux, respira, nos tienes a nosotros, no estás sola, no dejaremos que intenten tocarte ni un pelo.— Dijo Kael mientras me acariciaba la espalda para tranquilizarme.
Lux, haz caso, no estás sola, son solo comentarios, no es real nada de lo que dicen, tu estancia va a ser hermosa, no eres Verónica de Heathers. Reí.
— Parece que ya estás mejor.— Dijo Leo sonriendo junto a Kael.
Y entonces lo que más me temía apareció. La pelirroja que desde que llegué me ha estado dando a lata entró, seguida de su amiga. Todos se giraron hacia ella, mirándola como si fuese una diosa y más de uno le ayudaba a hacerlo real llevándole la comida y acomodando su sitio. En cuanto se sentó sentí su fría mirada hacia mí y yo miré a los chicos que estaban extrañados.
— Ah, parece que un cachorro mugroso apareció frente a mí.— Soltó la muy lerda.
— ¿Perdona?— Me giré y la miré directamente con ganas de ahogarla en el váter.
—Mira, si la fea se giró.— no terminó la frase que ya estaba cogiéndole del cabello.
—No quiero que me expulsen el primer día así que más te vale no meterte conmigo, que ya tengo suficiente con las idioteces de los demás.— Al verla conmocionada me retiré, tiré rápidamente la comida y salí de allí.
Corrí hasta que llegué al patio, la verdad es que había corrido tanto que acabé tirada en el suelo agotada, después de unos segundos aparecieron Kael y Leo de golpe.
— Madre mía cómo corres.— Dijeron los dos exaltados.
—Nunca había conocido a nadie que fuese más rápido que un vampiro acechando a su presa, pero creo que tú le ganarías e incluso te sobraría tiempo.— Dijo Kael y reí.
— Yo creo que más de la mitad de la gente va a creer que eres un vampiro después de verte amenazar a la peor serpiente y correr a esa velocidad. —Dijo Leo.
— Bueno estaba en el club de atletismo.— Dije y me encogí de hombros.
Leo y Kael rieron y me abrazaron.
— Has echo bien, debes de enfrentarte a tus demonios... o saber controlarlos.—Dijo Leo y sonreí.
Entonces sonó la campana y fuimos a nuestras siguientes clases, tras ello me volví a reunir con Leo pues Kael estaba hablando con los profesores.
— ¿Estás ya mejor?— Me volvió a preguntar Leo y asentí.— Vamos a los dormitorios anda, voy a prepararte unas galletas caseras, ya verás como te anima.
—No puedo negarme a ello.— Dije y reí.
Llegamos a nuestra habitación y me tiré en plancha a la cama. Leo rió y empezó a hacer las galletas. Al rato me despertó con el olor a chocolate y comimos juntos las galletas.
— Cocinas mejor que yo Leo, aunque también es que solo se hacer pasteles. — Dije y reímos.
— Muchas gracias Leo. — Dije y le abracé.— Realmente me sentiría muy sola sin vosotros.
Dije y le miré a sus hermosos ojos, bastante cálidos para ser un daemon.
— Por ello sabes que nos tienes para todo, a ver, a mí más que a Kael que es un seco. — Dijo y reí.
—Se supone que tú eres el demonio, pero a veces lo parece más Kael y tú el ángel.— Dije y reí pero callé al ver su mirada seria.
— Ojalá fuese como dices, pero eso es porque aún no has visto donde se esconden mis demonios.— Dijo poniéndo mi mano sobre su corazón.
—No creo que sean tan malos como dices. Todos tenemos nuestros defectos. Es lo que nos hace diferentes.—Dije acercándome y cogiéndole la mano.
— Pero algunos defectos acaban con nosotros mismos.— Sentí tu mirada muy profunda y triste.
—Tranquilo, para eso estamos los amigos. No voy a dejar que caigas, incluso si tengo que matarme a correr.— Dije recordando lo de esta mañana y reí.
—No es tan fácil...pero oye se suponía que yo estaba aquí para animarte, no para que tú me animaras.— Empezó a reír nervioso.
— Puedes contar conmigo para lo que sea. Pide lo que sea, intentaré ayudarte a calmarte.— Dije mientras le acariciaba el hombro, Leo se acercó mucho más a mí, rodeándome con sus brazos.
—¿Estás dispuesta a hacer cualquier cosa que te pida sólo por ayudarme?— Dijo mirándome muy apasionadamente.
— Supongo... Siempre que sea algo que pueda hacer sin morir en el intento.— Dije y reí pero callé al ver su rostro serio frente a mí.
— Entonces... ¿ Me dejas besarte?— Mi corazón iba a mil, no pude negarme... y tras ello me tiró a la cama y empezó a besarme.
Primero lentamente pequeños piquitos. Yo acariciaba su cabello, qué suave es. Empezó poco a poco a besarme más apasionadamente, mientrás me acariciaba el rostro...
—Oye Leo ¿Sabes dónde está...—De repente Kael entró por la puerta, viendo la escena que se acontecía. Su cara se enfureció.
—Espera Kael, puedo explicar....
*Wait, aquí os dejo el capítulo, para que vayáis imaginándo lo próximo que pasará. Se viene pelea o tal vez solo rían. Puede que no... o sí. Gracias por el apoyo y siento la espera os quiero muchito, besos de azúcar 💕*
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Just Disaster.
FantasyLux es una chica que desde muy pequeña ha tenido conexión con el mundo de lo sobrenatural, pues su madre es una fascinatrix. Por ello, llega el dia en que tiene que irse a una escuela especializada para personas especiales como ella, al ser echada d...