Guren...

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Guren Ichinose seguía en su intento de esconderse en aquel pueblito, por suerte ese pueblo era un lugar al que ninguno de su familia o la familia de su prometida se dignaría a ir.

Se recargó en una de las paredes de un callejón y jadeó de cansancio. No había contado con que su familia mandaría a su sirvienta para seguirlo y esa mujer sí que daba miedo.

-Maldita sea, ¿acaso esa mujer no duerme?- el pelinegro estaba cansado no había dormido desde la noche anterior.

-Disculpe, ¿se encuentra bien?- escuchó una voz armoniosa a su lado. Guren giró su rostro para ver quién era y se encontró con un brillante par de ojos azules y veía algunos mechones de cabello blanco saliendo de una gorra tipo boina de color café.

-Estoy muerto- fue lo que salió de la boca del pelinegro, el chico de ojos azules hizo una expresión confundida- Es la única razón que encuentro para ver a un ángel.

Shinya abrió los ojos como platos mientras se sonrojaba, aquel hombre le había dicho que era un ángel. El peliblanco sonrió y rió.

-Disculpe, señor, pero usted sigue vivo y yo no soy un ángel- dijo el más joven.

-¿No lo eres?- el chico asintió y Guren suspiró- Ugh, yo quería estar muerto...- Guren sintió un escalofrió y se levantó inmediatamente tomando al joven peliblanco de la muñeca. Shinya logró no tirar las bolsas que llevaba y se detuvo- Muévete, chico... Necesito de tu ayuda... Necesito que me escondas.

-¿Que lo esconda?- Shinya estaba confundido- ¿De qué?

-Te lo explico en un rato... ¿Vives cerca?- Guren estaba desesperado y Shinya asintió- Muy bien... Entonces llévame...

Shinya frunció su ceño, ¿debería ayudar a alguien que encontró en un callejón y que se estaba escondiendo de algo? ¿Y si era un ladrón? ¿Un secuestrador?

-Está bien, pero si resultas ser algún maleante- Shinya comenzó a caminar en dirección al orfanato- yo mismo me encargaré de entregarte.

Guren se dejó llevar por el joven y rezó porque Shigure no lo encontrara.

**

-¿Estás loco, Shinya?- el peliblanco recibía un regaño de parte de Akane y de Goshi- Podría ser un asesino y además se ve que no es del pueblo.

Guren estaba sentado en una silla y estaba siendo observado por todos los menores a excepción de Goshi y Shinya. Tal vez haya sido una mala idea, pero prefería que lo trataran de ladrón a que Shigure lo encontrara.

-Estoy consciente de que esta persona podría ser algún maleante, pero dijo que me iba a contar de que se escondía, asi que lo traje aquí- Shinya sonreía nerviosamente.

Los dos mayores miraron al recién llegado y suspiraron.

-Está bien, Shinya- dijo Akane acercándose a Guren- Solo porque tú me lo pides.

El peliblanco sonrió y fue con los demás a interrogar a Guren.

-Antes que nada, señor- Akane se sentó frente a Guren- ¿Cuál es su nombre?

-Preferiría que me dijera 'joven' porque no estoy viejo- dijo el pelinegro- Apenas voy a cumplir 24... Y respecto a la pregunta, mi nombre es Guren, Guren Ichinose.

-Muy bien... Joven- Akane frunció levemente el ceño- Mi Shinya ha dicho que lo encontró en un callejón y que se estaba escondiendo de algo, ¿qué era eso?

-No era 'que', sino 'quien'- dijo Guren- Me escondía de mi sirvienta, Shigure.

-¿Por qué se escondía de su sirvienta?- esta vez fue Goshi quien preguntó.

-Bien, como dijo la señora- Guren señaló a Akane- No soy del pueblo, vengo de una ciudad del centro y estoy huyendo de mi sirvienta porque quiere que regrese a casa y yo, sinceramente, prefiero quedarme aquí a estar con esas personas.

-Pero son tu familia- dijo el pequeño Mika.

-Sí, niño,- Guren volvió a fruncir el ceño- pero para ellos no soy más que ganado que les sirve para ganar más dinero... Mis padres me comprometieron con la hija menor de una familia poderosa en la ciudad, los Hiragi, pero esa mujer me desagrada como no tienen idea- miró fijamente a Akane- Esa mujer es muy hermosa, no lo niego, pero es muy desagradable: es mimada, berrinchuda, llorona, ruidosa, empalagosa y muy manipuladora. Por eso les digo que prefiero quedarme aquí a casarme con esa mujer...

Todos los niños se miraron entre sí y Akane le mantuvo la mirada a Guren. No fue hasta entonces que Shinya se dio cuenta de que el forastero tenía los ojos de color violeta. Eran muy bonitos.

-Mika, Shinoa y yo decimos que el señor gruñón puede quedarse si nos ayuda en la casa- dijo Yuu alzando su manita.

-No me parece mala idea- Mito miraba al pelinegro mayor- Se ve con buena complexión física y podría ayudar a Akane.

-Estoy con los demás- dijo Goshi- Pero si te atreves a hacerle algo a alguno de mis hermanitos o a Mito,- esto fue dirigido al pelinegro- considérate hombre muerto.

-Yo fui el que lo trajo- dijo Shinya poniendo su mano en el hombro de Guren- Así que si hace algo, yo también tendré la responsabilidad.

Akane miró a todos los niños que consideraba sus hijos y se levantó.

-Debido a votación de seis contra una, tú, Guren Ichinose, te quedarás en el orfanato y ayudarás en el almacén, también a labores del hogar, ¿de acuerdo?

-No me quejo- dijo el pelinegro y se levantó- Muchas gracias- dijo a todos los presentes. Volteó a ver a Shinya- Hablando de eso, no nos hemos presentado formalmente.

-Oh- Shinya sintió aquella mirada amatista ver a través de sus pensamientos-Los pequeños son Yuu, Mika y Shinoa- el peliblanco señaló a cada uno de los pequeños que saludaron al mayor- La pelirroja es Mito, a su lado está Goshi, su novio; la encargada de todos nosotros es Akane, y yo, como habrás escuchado, soy Shinya... Espero que podamos llevarnos bien

Guren le sonrió... Shinya... Un lindo nombre para aquel ángel.

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Mírame... (GureShin)Where stories live. Discover now