Aquellos ojos...

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*Finales de noviembre*

-Padre- Atsushi entró en el estudio de Guren- ¿Recuerdas a mis amigos Hikari y Ren?

-Claro que los recuerdo, fuimos hace como año y medio a su boda, ¿por qué?- Guren dejó la libreta donde solía dibujar aquellos ojos azules que no podía olvidar.

-Acaban de tener un hijo y quieren que lo conozcamos- Atsushi.

-¿Y por qué no le dices a tu madre?- Guren gruñó- Sabes que a mí casi no me gustan los niños.

-Pero dijeron que no llevara a mamá...

-Ugh... Muy bien... ¿Cuándo vamos?

-Dentro de 20 minutos los niños están listos, así que apúrate, papá.

*

Llegaron a la residencia de los amigos de Atsushi poco después de las cuatro de la tarde y uno de los tantos amigos de Atsushi lo saludaron al igual que a sus hijos, pero todos se callaban al ver al padre de Atsushi, todos respetaban a aquel hombre de ojos violeta.

El joven pelinegro llevó a su padre a la habitación donde se encontraba la pareja junto a su bebé. Guren seguía a su hijo y a sus nietos con desgano. Entraron los cuatro y encontraron a Ren, un hombre de cabellos castaños oscuros y ojos verdes, durmiendo en un lado de la cama; y del otro estaba Hikari, una mujer de cabello castaño claro y ojos café claro cargando un bultito envuelto en una cobija azul.

-Atsushi, Nina, Viktor, señor Guren- dijo la mujer castaña con una sonrisa cansada- Gracias por haber venido a conocer a nuestro bebé.

La castaña dejó a Atsushi cargar al bultito, que se removió al sentir que cambió de brazos. El pelinegro sonrió al ver el rostro dormido del bebé. Miró a su padre y le extendió al bebé. Guren negó y Atsushi insistió con la mirada. Guren nunca pudo decir que no a su hijo, así que cargó al bebé...

Su corazón latió rápidamente al ver que el pequeño abría sus ojos y el bebé le sonrió. Esos ojos eran como dos gemas... y solo una persona vino a su mente.

-Shinya...- aquel bebé irradiaba el aura que tenía Shinya: cálida y confiable- Este niño será un buen joven, será amado por muchas personas, lo respetarán, llegará a ser molesto y llorón algunas veces...- la mirada y sonrisa de Shinya llegaron a su memoria y sus ojos se humedecieron- Tendrá una de las más hermosas sonrisas; aquella persona que llegue a tener su corazón será la persona más afortunada del mundo...

-Papá...- Atsushi se preocupó al ver que su padre había empezado a llorar-...Estás...

-¡Y tal vez esa persona ya no le abandonará!- Guren exclamó levantándose rápidamente, el bebé rió- ¡Se quedará por siempre con él!

Todos miraban como el Ichinose mayor abrazabaprotectoramente al bebé y lloraba como nunca lo había hecho. El bebé solo sonreía y trataba de limpiar las lágrimas del mayor con una de sus regordetas manos. 

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Mírame... (GureShin)Where stories live. Discover now