Ha pasado tanto...

171 16 5
                                    

*Salto super largo en el tiempo*

Guren trataba de sonreír ante otra reunión "familiar": Mahiru estaba a su lado derecho; su hijo, Atsushi estaba a su lado izquierdo; el hermano mayor de Mahiru, Kureto estaba frente a él junto con su esposa Aoi Sangu.

-Papá, ¿estás bien?- Atsushi tocó el hombro de su padre, haciendo que Guren saliera de sus ensoñaciones.

-Disculpa, Atsushi- Guren le regaló una leve sonrisa a su hijo, aquel chico que había llegado a su vida dos años después de haber regresado- Solo estoy recordando mis días de juventud.

-No hay duda de que ya estás viejo- Atsushi era un hombre de 31 años que tenía los ojos de Mahiru y el cabello de Guren, además de su carácter y personalidad.

-¡Abuelo!- unas vocecitas infantiles entraron al salón corriendo y fueron a cada lado del asiento de Guren.

-Niños- Atsushi se levantó y regañó a sus hijos- El abuelo ya está viejo, no vayan a hacerle daño... Anna, ayúdame con estos demonios...

-Perdón, cariño- una mujer de cabellos blancos y ojos verdes entró a la habitación- Pero querían ver a su amado abuelo. Buenas tardes, señores Ichinose.

Cada vez que Guren veía a aquella mujer, un sentimiento de nostalgia recorría todo su cuerpo... Aquellos ojos azules aparecían en su mente...

-Abuelo,- uno de los niños le llamó- papá nos dijo que la próxima semana es tu cumpleaños, ¿qué vas a querer?

-Si no les molesta- Guren miró a sus nietos- Me gustaría ir a un pueblo en tren...

-Hecho- dijo Atsushi.

*

-Shinya- un Yuu de 45 años se sentó al lado del peliblanco en aquella banca de madera- Voy a llevar a Nagisa y a Shinoa al jardín botánico. ¿Quieres ir?

-No puedo irme de aquí Yuu-chan- la mirada zafiro de Shinya, a pesar de los años, seguía tan cálida y refrescante como cuando era un joven de 17 años- Es probable que Guren pueda llegar en el tiempo en que no estoy, ¿y si no me ve? Se podría poner triste...

-¡Ya basta, Shinya!- Yuu ya no lo soportaba-¡Dios mío! Han pasado ya más de 33 años... Shinya, acéptalo... Guren no va a regresar...

-Eres un hombre de poca fe, Yuu-chan- Shinya sonrió- Mika necesita darte más atención...

-Shinya- Yuu mordió su labio aguantando las lágrimas- Recuerda que Mika lleva casi cinco años muerto...

-Oh, cierto...

-De todas formas, Shinya. No puedes seguir así, te hace daño...

-Que tengas buen viaje, Yuu-

El pelinegro suspiró y se fue.

*

-¿En esta estación bajamos, abuelo?-

El oji violeta asintió y bajó del vagón del tren junto a su hijo y nietos.

-Llevaré a mis hijos al baño, papá, te busco- Atsushi tomó a sus pequeños de las manos y los llevó al sanitaria, dejando a Guren solo.

El oji violeta miró la estación, no había cambiado mucho de la última vez que la había visto, incluso seguían las mismas bancas de madera de pino. Se acercó a una de las bancas, la segunda de izquierda a derecha, aquella en la que una vez talló las iniciales de su nombre junto al de Shinya, y ahí seguían.

Se recargó en el respaldo de la banca y se golpeó en su mente como lo había hecho tantas veces en el pasado, debió haber regresado cuando la primera oportunidad se le presentó, pero para entonces Atsushi ya había llegado a su vida y sus padres no lo dejaron en paz hasta que tres años atrás, ambos mayores habían muerto.

Volvió a ponerse de pie y empezó a caminar por el andén. Entonces su mirada se dirigió a su derecha y lo vio... aunque pasaran más de 50 años él podría seguir reconociendo aquella figura, pues no había cambiado mucho: su cabello seguía siendo del mismo tono y desde la distancia podían distinguirse aquellos hermosos ojos azules. Su corazón, que solía tener un latido muy lento, volvió a latir rápidamente y mientras más se acercaba más se exaltaba. Era como si volviera a ser aquel joven de 24 años enamorado de ese lindo y molesto peliblanco.

-¡Shinya!- le llamó desde una corta distancia-¡Mírame, soy Guren! Regresé- el oji violeta le sonrió, como lo solía hacer cuando estaban juntos

Shinya miró a aquel hombre que se había hincado y tomado sus manos. Guren... aquel hombre frente a él mentía: Guren tenía el cabello negro y unos brillantes ojos amatistas, además de que su piel era tersa y ligeramente bronceada... no era asi su cara ni su piel.

-Tú no eres quien yo espero- Shinya dijo quitando sus manos y yéndose.

Guren se quedó estático mientras veía como Shinya se iba después de haberle mirado de forma extraña... luego sonrió, pero era una sonrisa triste. Se levantó y se sentó donde anteriormente había estado Shinya.

-Lo siento- 

**(++)** 

  Soy una masoquista al estar escribiendo esto :'c

Mírame... (GureShin)Where stories live. Discover now