once

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Esa noche Katsuki no pudo dormir, se despertaba asustado y apretando el frágil cuerpo en su pecho, los sueños no eran agradables; recuerdos convertidos en pesadillas.

En un momento donde sus párpados no soportaron más, cayó en los brazos de morfeo y casi al instante recordó o mejor dicho soñó con su niñez

(Uppa ya saben, sueñito de la bombita humana)

Comenzaba a desesperarse, odiaba oír los leves lamentos del niño peli verde, así que con fastidio se paró al frente y lo miro con una mezcla de orgullo y odio, los ojitos esmeraldas bañados en lagrimas lo miraron con timidez y temor, la pequeña boca rosa se abrió y cerró en un vago intento de hablar  - Ka...kacchan...lo siento - esa voz chillona se entremezclaba con los hipos que trataba de controlar, sus ojos rubíes se apartaron de su amigo y fueron a parar dónde una pareja de niños lo miraba llego de felicidad y reto, aquel gordo con alas era fastidioso y el delgado de dedos largos quería ser rudo pero solo era consentido; no eran interesantes, nadie lo era...bueno nadie excepto Deku, él, aunque inútil siempre sabia que hacer o qué decir junto a él, era en pocas palabras especial y eso lo hacía sentir extraño  a él también, haciéndolo llegar a él mismo pensamiento "¡¿quien se cree ese inútil para hacerlo sentir extraño a él?!"   Y como acto de aquel pensamiento lleva a lo que pasaba ahora - Cállate Deku! Por qué si eres un sin quirk, te juntas conmigo?! - los ojitos temblorosos del mas bajo de los dos buscaron  desesperadamente  algo - po...porque eres mi amigo, Kacchan es mi único amigo -  sus manos pequeñas y gorditas comenzaron un juego que lo desesperaba más y eso era mucho decir -Golpealo Katsuki!!-   el grito lo hizo reaccionar de una ilusión de ensueño y le hizo fruncir el seño asustando al chico tirado en el suelo, luego las risas y la palabra "inútil" hizo que volviese a pasar, con sus pequeñas manos llenas de sudor tomo aquellos risos verdes y cerrando sus ojos solto una explosión algo fuerte, una capa de humo se levantó del cabello del niño que gritaba aterrado y sollozaba, luego en un acto de crueldad infantil tomo la típica maletita amarilla y la explotó justo antes de tirarlo al río. Las carcajadas de sus compañeros no lo hicieron sentir mejor, había dejado tirado a aquel ser inútil "y...¿si algo malo le pasa? ¿qué tal que alguien se lo roba?...no, imposible, nadie quiere a un inútil sin poderes"  sabia que era un consuelo inútil a su preocupación pero...él solo era un niño.

Cuando despertó, noto que su rostro estaba algo húmedo y que su mano apretaba con fuerza el Brazo del chico dormido sobre él, intento en vano regular su respiración y lleno de un miedo casi patético acarició el suave cabello del mas bajo, desvío sus ojos a la ventana y vi como los pequeños rayos de sol trataban de entrar fugazmente por los pequeños espacios de la cortina, vio el reguero de papeles y suspiro, en un momento donde su cuerpo se movio solo toco la gruesa venda color hueso luego cubrió sus ojos e imagino estar en la posición de Izuku...su corazón se llenó de un miedo que lo obligó a destapar sus ojos.

Casi una hora después entro una enfermera, miro a Katsuki con una mirada muerta y llena de ira, su cabello negro y recogido en una apretada moña en su cabeza la hacia ver más vieja de lo que debería ser, solto unos murmullos mientras ordenaba en cuarto con fingida simpatía - necesito darle su desayuno al joven Midoriya - comento aun dándole la espalda al rubio, en definitiva su voz era demasiado profunda para un cuerpo y un rostro tan delicado - Ahh ya lo despierto -  menciono con fastidio mientras movía suavemente al peli verde - señor, apurece, debo irme - la mirada de reproche y las manos en su cadera lo hizo maldecir al creador y porque no;  a la enfermera - Deku, despierta - un suspiro de cansancio salio de la boca del mas bajo y con unos minutos de movimientos torpes y de más desorden llego a su cama, la enfermera dejo el desayuno en la mesa y comenzó de nuevo con la tarea de ordenar todo; definitivamente no había estudiado 5 años de medicina para tener que atender mocosos en su año de practica.

The day the sun went downDonde viven las historias. Descúbrelo ahora