Transcurrieron las semanas, los días y las horas. Cada vez eran más constante las reuniones amistosas entre YoonGi y Tae. Se comunicaban por mensaje y acordaban salidas juntos. Incluso a veces solo preferían pasar el rato en la casa del otro. Aprendieron a cocinar juntos, Tae vivía más en la casa de YoonGi que en la suya propia. Se divertían bastante. Pronto ya no hablaban tanto de Kook y Jimin. Ni siquiera los veían en la escuela. YoonGi iba por Tae y Tae siempre lo esperaba.
Los mensajes de sus respectivos novios no eran constantes. Podían llorar ambos y no se juzgarían entre ellos, pues sabían del dolor ajeno.
Ahora YoonGi, mejor dicho Suga –apodo dado por el mismísimo Tae– esperaba mensajes de su amigo alien. Le gustaba llamarlo por ese apodo a escondidas, sabia de lo mucho que le molestaba a Tae y eso aumentaba su gusto por el apodo.
No eran mensajes constantes entre ellos, si no cada que Tae encontrara algo digno de compartirle a su mayor. Una frase, un fragmento de poesía, un dato curioso, películas por ver o algún pensamiento suyo. Suga los esperaba con emoción, esas letras le inspiraban o le sacaban una buena sonrisa. A veces Suga le escribía reflexiones, le pedía opinión para alguna composición en transcurso o le enviaba canciones que creía, seguro le gustarían al menor. Ambos comparten el mismo amor a la música y esas ganas increíbles de escuchar canciones que nadie más supiera apreciar como ellos.
Los mejores amigos de Suga entraron al estudio, tenían un semblante oscuro y serio. Solo malas noticias podían salir de sus labios en ese momento. Suga temió por su ascenso o sus futuros proyectos, cualquiera de las opciones anteriores se esperaba, pero nunca espero la siguiente pregunta.
—¿Sigues saliendo con mi primo Jimin? – pregunto seco Hoseok.
Suga asintió sin decir nada, estaba confundido. ¿le había pasado algo a Jimin? ¿Acaso de verdad seguían saliendo?
Hoseok intercambio miradas con Namjoon quien finalmente pregunto.
—¿Cada cuánto lo ves? – Namjoon esta vez lo miraba estudiándolo.
—Cada que sus horarios se lo permiten– Trago en seco. Por fin la noticia que tanto temía saber llegaba hasta él, sin embargo, no se sentía listo.
Se levanto de golpe y empezó a tomar sus cosas.
—Escucha YoonGi, lo siento hermano, pero mi primo...– no dejo continuar a Hoseok, solo salió sin decir nada. Debía regresar a la escuela donde su antes amado estudiaba. Lloro en el trayecto a el edificio, solo imploraba por la normalidad. Quería todo de regreso, su sonrisa, su voz, su presencia, solo quería a su novio de vuelta.
Mientras tanto Tae miraba como siempre, a la misma hora en la misma ventana a sus no modelos de paisaje, les tomaba las respectivas fotos de la rutina tortuosa que el mismo se había dado.
El botón fue presionado, dos jóvenes se sonreían. Había luz y pasión en sus ojos tal cual él vio en Kook hace tiempo.
Presiono el botón.
—Si cada día sube, una flor a tus labios a buscarme– Comienza a recitar Tae.
Ve al chico tomar gentilmente la mejilla de su acompañante.
—si poco a poco dejas de quererme...– la primera lagrima se asoma por sus ojos. –Si de pronto me olvidas– las lágrimas se deslizan por sus ojos. La escena frente a él por fin fue capturada en el momento justo.
La ultima foto de su colección, la que tanto imploraba por no presenciar algún día.
El momento donde los labios se unen, tan sinceros y dulces. Donde la magia se comparte y los amantes no se mienten. Un beso de labios que fueron arrebatos.
Suga mira la escena, la analiza. Es extraño ese sentimiento. Sonríe ladino y cae de rodillas, el golpe es fuerte y llama la atención de la pareja.
—Lo siento por sentirme así... – pronuncia sin más Suga y se levanta.
La pareja no sabe reaccionar, no saben que decir. Aquellas palabras realmente no fueron pronunciadas a ellos si no a sí mismo.
—Puedo explicarlo– Dice a tropezones el más bajo.
—¡No! Estuve esperando todo este tiempo por una explicación, una razón a tu distancia repentina y ahora que la sé, ya no necesito nada más de ti– pronuncia lastimoso.
—Yoon... Es mi culpa... Yo– Kook toma del brazo a Suga intentado retenerlo.
Ríe amargamente y se suelta, mira hacia la ventana frente a él. Reconoce las cortinas, mira la hora en su reloj de muñeca. Recuerda que su amigo a esa hora tomaba fotos. Tae lo sabía, siempre lo supo, tal cual lo sabía él.
Esta vez corre preocupado, la sola imagen de ese chico mirando a la misma hora a sus "amigos" reunirse le enfurece. Entra a la habitación sin permiso y lo ve. Ve las fotos colgadas de Kook y Jimin, comparten sonrisas, silencios y charlas, todo parece inocente y amigable a simple vista. Fotos de ellos tomados de las manos y finalmente el beso. No ve a el autor de esa exposición de traición y engaño. Teme lo peor y se asoma por la ventana. No hay nada.
Ve a la pareja descubierta entrar en el cuarto.
—Lo preparo para ustedes– Les dice sarcástico. Camina a fuera, debe buscar a Tae.
No sabe nada más de ellos ni de su amigo, solo se le ocurre un lugar al que ir. Esta vez conoce el camino. Lo encuentra por fin. Esta sentado sin moverse, toma fotos mentales del paisaje.
—Lo sabias– dice Suga.
—Lo sabíamos y no lo aceptamos– contesta sin mírarlo.
No dicen nada más solo se abrazan y lloran abiertamente. Sería la última vez que lo harían, al menos por ellos.
Después de aquel desgarrador suceso, Tae falto a clases por un mes entero y Suga al estudio de musica.
Jimin no podía contactar a Suga y Kook no hallaba a Tae. Los dos se sentían mal, habían entendido el significado del sentimiento creciendo entre ellos. Se arrepentían, ahora ya sabían dónde estaba su verdadero amor. Pero no lo encontraban pues se había ido con aquellos chicos que un día los buscaron y esperaron pacientemente. Cometieron un error grande al confundir su amor fraternal con algo más. El precio a pagar seria caro.
Por su parte, Suga disfrutaba de su viaje de negocios, hizo a Hoseok prometer no decir nada de ello a Jimin o alguien más. Tae se divertía en ese intercambio postergado varias veces por pasar tiempo con Kook. Ambos, gozaban de sus vacaciones. Extrañamente no les había afectado tanto, debido a él amor discreto y sutil naciendo entre ellos dos.
Ninguno esperaba la situación tan favorable para huir, solo buscaban olvidar todo, por lo cual aceptaron tan pronto se los propusieron. Tenían miedo de regresar una vez el tiempo terminara. No sabían como seria su día a día.
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Segunda oportunidad 『YOONTAE』
FanfictionLas segundas oportunidades no se le pueden dar a cualquiera. Ni siquiera deberían ser pedidas por las personas, pues solo son solicitadas cuando un daño irreversible es causado y el arrepentimiento es grande. Aunque en ocasiones especiales solo se l...