No hubo explicaciones ese día ni ningún otro antes de la tormenta.
Tae esperaba ansioso a su pareja, había decidido olvidar ese incidente y no decir nada. De eso ya habían pasado unas semanas. Todo era distinto.
—Tardes que fueron nicho de tu imagen– dice al viento Tae.
Toma su cámara y se asoma por la ventana.
—músicas en que siempre me aguardabas– presiona el botón de su cámara.
No aparta la vista de afuera. Se piensa dos veces antes de presionar el botón nuevamente.
—palabras de aquel tiempo – toma la segunda foto.
Deja caer su cuerpo en el marco de la ventana. Su mirada parece vacía. No se atreve a decir la siguiente parte del poema ya que no recuerda realmente los versos que siguen.
—¿En qué hondonada esconderé mi alma para que no vea tu ausencia que, como un sol terrible, sin ocaso, brilla definitiva y despiadada? – suspira perdido.
Vuelve a tomar su cámara y toma una última foto antes de guardarla. Su amado Kook pronto volverá a su lado. Y luego se ira sin hacer otra parada. Pues él se convirtió en la última.
Ve entrar como siempre a Kook, con una gran sonrisa. Le regresa el gesto y vuelve a su trabajo. No hay besos de bienvenida ni risa de amantes. Le gustaría saber la razón de tal alegría, le agradaría compartir el mismo sentimiento. Apenas dice unas palabras Kook preguntando la razón del estado melancólico de su novio, el sonido de la campana hace eco en las paredes.
—Te llamare después, hoy has sido invitado a cenar conmigo y no acepto no por respuesta – se despide Kook dándole un beso en la mejilla.
Y así pasa la tarde Tae hundido en su mente, intentando recordar la última parte de aquel lamento. Estaba feliz de ser invitado, pero tenía miedo a ser plantado. Más que eso a no tener explicaciones como la última vez.
Las clases terminaron. Tae espera en la fría banqueta, ve todo desolado y sin un alma. Ve una figura acercarse y suspira. Ya no tiene tanto miedo, al menos no estará solo esperando lo peor.
YoonGi está con él ahora. Había conseguido al fin ese asenso y como desde un inicio lo soñó iría por Jimin. Harían todo lo que no pudieron durante ese tiempo de trabajo arduo y largo. Pero la fortuna no fue la misma de aquel tiempo. Fue la misma que Tae, plantados y con ilusiones rotas.
Al menos esta vez habían recibido un mensaje. Jimin se justificó sobre algo de actividades extras y Kook con el asunto de la empresa familiar. Con mucho tiempo que matar ambos decidieron salir. Caminaron y hablaron por horas. Miraron una película y fueron al karaoke. Hubo muchas risas por parte de ambos y ambos fingieron no ser afectados por las acciones de sus parejas.
—Jimin dejo de enviar mensajes y ahora solo lo veo los sábados– mira su menor por un momento.
Tae se siente con la libertad de decir lo que había guardado desde hace tiempo.
—Kook ya no viene a verme exclusivamente a mi– mira al suelo y se muerde el labio.
El mayor se nota sorprendido y espera en silencio la continuación de la confesión.
—No me habla tan abiertamente como antes, solo me saluda y sonríe, pero yo sé que no es por mí... ni es forzada, es pura y sincera, pero no es para mí– su voz se quiebra al final.
El mayor soba la espalda de su menor intentado reconfortarlo.
—Soy alguien que ya no tiene efecto en él...– suelta al fin sus lágrimas.
El mayor lo abraza, no sabe de palabras reconfortantes. El menor siente su cálido cuerpo e inmediatamente su dolor se minimiza. Necesitaba desde hace tiempo un abrazo. Uno sincero y dedicado solo para él.
—Jimin no tiene actividades extras – suelta sin más YoonGi.
El momento se volvió tan íntimo y perfecto para que ambos abrieran la puerta a sus temores.
Y no desaprovecharon ningún segundo, lloraron un poco, se abrazaron y unieron sus manos. Necesitaban saber que no estaban solos. Después de un rato volvieron a sentir esa paz que tanto les faltaba. De nuevo estaban ahí. En el lugar donde se perdieron, esta vez contemplando como anochecía y por voluntad propia.
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Segunda oportunidad 『YOONTAE』
FanficLas segundas oportunidades no se le pueden dar a cualquiera. Ni siquiera deberían ser pedidas por las personas, pues solo son solicitadas cuando un daño irreversible es causado y el arrepentimiento es grande. Aunque en ocasiones especiales solo se l...