-Quisiera saber porqué tengo que quedarme ésta noche en tu casa- protestó Sonia a mi espalda.
-No te lo puedo decir, pero tiene que ver con el hecho de que no me hayas contestado el celular hoy a la mañana.- Revolví la salsa blanca para que no se pegue.
- Por favor Yuki, no me digas que estás molesta por eso- Expresó con burla. Sí no fuera mi mejor amiga, juro que la mataría.- ¿Es que ha pasado algo de suma emergencia?
-Ha pasado mucho más de lo que crees, sí no fuera por Álvaro, no se que habría sido de mi, estaba tan asustada que- Interrumpida, otra vez.
-¿Quién es Álvaro? Nunca me hablaste de él ¿Acaso es tu novio y yo no lo sé? Habíamos quedado que tú me ibas a contar todo y yo también. ¡Yuki, ésto es traición!- Reprochó por segunda vez. Apagué la hornalla y saqué la salsa para dejarla reposar sobre la tabla de madera, me dí la vuelta y la miré de frente.
-Antes de que saques conclusiones estúpidas, ¿Por qué mejor no me escuchas?- Suspiré- Álvaro es el chico que nos cruzamos hace tiempo, al que se le había caído su pin. Por una de esas cosas del destino, nos hicimos amigos y ahora estamos metidos en un lío muy grande. Bueno, al menos yo lo estoy.
-No me digas que te metiste con la Mafia China y ahora te viene a buscar por la gran deuda que les has dejado.-Dice con impresión ¡Qué gran imaginación tiene mi mejor amiga!
-Pues,no. Aunque es casi lo mismo, pero en una situación más... Surrealista. Sonia, quiero que entiendas que es algo complicado y bastante traumatizante. Te lo explicaré luego de cenar, pero, por favor, no digas cosas absurdas.
-Bueno, lo entiendo, basta de bromas- Sé golpeó un poco las mejillas y me sonrió, una sonrisa contagiosa.-¿Quieres que ponga la mesa?
-Por favor, mientras terminaré con los raviolones.- Me dí la vuelta de nuevo para colar la pasta, pero algo de la ventanilla al patio me distrajo; Un osito de peluche estaba tirado en medio del patio, era marrón y le faltaba un ojo por lo que en su lugar se hallaba una x. Tallé un poco mis ojos y el oso seguía ahí. Quizá era del vecino el cual solía jugar bastante con mi hermana, así que simplemente seguí colando los raviolones.
-Yuki, ¿Crees que John me prestará atención algún día? Digo, quiero que me preste atención, pero no soy el tipo de chica que le gusta a él.- Se desalentó sola.
-Pues... Quizá no seas el tipo de chica que él quiere, pero si la que necesita. Tienes muchos atributos de tu parte y que te hacen una persona esplendida, y sí él no lo quiere ver, pues pierde la oportunidad de ser amado por alguien que de verdad lo hará.- Coloqué la olla arriba de la mesa con una tabla por debajo. Agarré su plato y, mientras servía, la miré esperando palabras contrarías a las mías que la describan como algo mal hecho, pero solo vi sus ojos verdes cristalinos, su delineador amenazando con arruinar su imagen.- Hey, no llores...
-Es solo que...- Se arremangó su buso y pasó la punta de la manga delicadamente por sus ojos, quitando el maquillaje y un par de lagrimas con el movimiento.- ... Es solo que te quiero mucho Yuki, solo eso. Gracias, sé que él no es lo mejor para mi, pero de verdad lo amo mucho. Sé, también, que no te agrada mucho, pero aún así lo soportas por mi. Lo siento.
-No te preocupes, es la persona que más amas, ¿No?Puedo soportarlo sí tú eres feliz con ello, estoy bien sí tú lo estás. -La abracé, con mucha fuerza. Al separarnos le dejé un beso en su frente y ella se rió.- Bien, ahora vamos a comer, sino se va a enfriar y no me gasté cocinando al dope.
Comimos viendo una película de comedia, por lo que al terminar nos dolía el estomago, pero con un té de manzanilla se podría arreglar bien. Me levanté para prepararlo. llegando a la cocina, lo primero que hice fué mirar por la ventanilla al patio, curiosamente el oso había desaparecido y con algo de lógica me imaginé al vecino cruzando el cerco para buscarlo. Llené la pava eléctrica y la puse a calentar, mientras buscaba los sacos de té del mueble superior. Llevé el té a la mesa y Sonia me miró con intriga. Cierto, debía contarle lo que había sucedido en la mañana.
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El Trato ||Bloody Painter||
Fanfiction¿Quién diría que por escapar de un psicópata, terminaría atada a otro? Las peleas, su egoísmo, su frialdad, su alma corrompida, y las cosas que hacía por mi. El trato que juré mantener me cortaba la garganta, mientras que él sonreía con la friald...