𝟏𝟐|𝐓𝐔𝐑𝐍 𝐁𝐀𝐂𝐊 𝐓𝐈𝐌𝐄

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El mismo Superman volaba por los cielos nublados, peleando contra Steppenwolf con gran habilidad, luciendo un nuevo traje completamente negro, con algunos detalles grises que lucía bastante particular en su figura. Parecía que jamás había muerto, que no habían pasado cuatro años y medio desde que el mundo se detuvo al conocer su fallecimiento y que la vida había seguido su cauce original. Estaba finalmente de vuelta, cumpliendo con la premisa de Bruce sobre cómo había que tener fe en los nuevos comienzos o, en ese caso, regresos—. Gracias al cielo —Kath murmuró para sí, al tiempo que esa sensación de dolor punzante recorría la parte central del cuerpo y la sangre no dejaba de brotar—. Diana, ve con él.

—Estás en lo incorrecto si crees que te abandonaré, Katherina —ella sentenció con gran severidad, partiendo en dos a uno de los parademonios con su espada.

—Ninguno pelea por su cuenta, ¿recuerdas? Hay que mantenernos unidos —Nox pronto se puso de pie a pesar del suplicio en el que se encontraba, su peso era soportado por sus temblorosas piernas y, poco a poco, se encaminaba hacia Victor. Diana pronto se situó a su lado, rodeando su cintura con un brazo para que pudiese apoyarse sobre ella. La joven definitivamente podía sentir la inconmensurable energía que Barry creaba a las afueras del pueblo y que no hacía nada más que crecer, más que fortalecerse. Debía actuar rápido o pronto el chico no sería capaz de contenerle.

—Diana —una voz conocida pronunció, las mujeres se dieron vuelta, encontrándose con Bruce y Arthur—. Ve junto a Arthur a donde está Clark. Yo me encargaré de Kath —demandó, dicha voz era profunda y ronca gracias al distorsionador de voz de su traje. La mujer se mostró renuente ante la idea pero sabía que Superman pronto necesitaría más ayuda ya que Steppenwolf no daba de sí. Asintió y Nox pronto pasó de sus brazos a los de su pareja quien pronto examinó la gran herida, una que no había perforado a través, pero que sí había generado un gran y profundo corte en sus costillas—. No se ve bien, necesitas salir de aquí —su rostro reflejaba intensa preocupación.

Ella negó con la cabeza—. Necesito ayudar a Victor y Barry, la energía de ambos no será suficiente para separar las cajas.

—Estoy encaminándote hacia tu muerte, no se suponía que terminaría así.

Las lágrimas amenazaban con salir de los ojos de Kath—. Alguien tiene que hacer un sacrificio. Quizá todos los hechos en mi vida estaban guiándome a este final.

—Estás tan herida que no soportarás tal carga de energía, morirás el segundo en que las cajas madre se separen. Nadie tiene que sacrificar nada.

Nox tomó el rostro del hombre entre sus manos, aquello sí que parecía una despedida—. El sacrificio es una parte de la vida, esta es la clase de batallas por las que vale la pena morir —pudo escuchar el grito de Victor, la señal que había estado esperando, estrelló sus labios contra los de Bruce en lo que era, por mucho, un honorable adiós.

Él murmuró dos conocidas palabras, Kath las devolvió sin titubear y usó lo que le quedaba de fuerza para justamente ayudar a sus colegas, al chico que le había entregado a la policía pero que terminó perdonando, a un hombre que jamás había visto antes pero que pronto se tornó en un amigo. Tal vez no tenían demasiadas cosas en común, pero, encontraron algunas a lo largo del camino, de la casi infinita pelea que pronto acabaría, algo en ella se lo decía, como si fuese un sexto sentido.

Cuando se encontró con Victor, ambos confirmaron a Barry que estaban en posición y pronto la joven comenzó a canalizar toda la poderosa energía del chico hacia sí misma, funcionando primero como un recipiente y después como un conductor. Dirigió la fuerza conseguida hacia sus manos, que se tiñeron de blanco, formando una gran burbuja que pronto trasladó hacia las cajas. En el proceso, como había absorbido tal cantidad casi imposible de poder, su piel se tornó más pálida de lo usual y su cabello antes color café oscuro, casi negro, se tornó de un color platinado y gris, la cabeza le dolía, sus oídos retumbaban. Victor observaba la escena con sorpresa, incrédulo al ver tal cosa desplegarse frente a sus ojos. Simultáneamente, detrás de ambos, se creaba un portal hacia un mundo jamás antes visto que logró reconocer como Apokolips por algunas descripciones que Diana brindó anteriormente. Dos pares de ojos oscuros, que más bien lucían como cuencas vacías sin humanidad le observaron de vuelta, causándole un profundo temor porque no reflejaban nada más que absoluta oscuridad, total dolor, hambre de miedo y aniquilación.

𝐀 𝐍𝐄𝐖 𝐇𝐎𝐏𝐄 | 𝐉𝐔𝐒𝐓𝐈𝐂𝐄 𝐋𝐄𝐀𝐆𝐔𝐄 [𝟯]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora