IV

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Cuando Jimin pudo controlar sus lágrimas y su respiración se calmó se separaron lentamente. El rubio tenía sus mejillas sonrojadas mientras limpiaba las pocas lágrimas que quedaban en su rostro, ya que la mayoría de ellas habían quedado impregnadas en la remera del pelinegro.

Yoongi frunció el ceño al ver que, además de tener un sonrojo en sus mejillas, tenía unos moretones. El maquillaje que su madre le había aplicado se había corrido a causa de las lágrimas, y cuando el pequeño limpió su rostro terminó de sacarlo por completo. El pálido movió su cabeza mirando hacia la nada misma, su rostro estaba serio mientras sus pensamientos se centraron en Jimin.

¿Por qué su rostro estaba tan lastimado? ¿Quién hizo eso? ¿Qué podría esconder ese niño inocente?

- Gracias, Yoongi. – el nombrado volvió su vista a Jimin y se perdió en la bella imagen que apreciaban sus ojos. El rubio se encontraba cabizbajo, aún así Yoongi pudo notar que tenía una leve sonrisa, mientras jugaba nerviosamente con sus dedos. El pequeño cuerpo del rubio era simplemente hermoso para la vista del tatuado. Aquella fina cintura y sus piernas y trasero firmes podían ser la envidia de cualquier mujer. Jimin levantó su cabeza para ver a Yoongi, quién quedó hipnotizado por los bellos ojos del rubio. Yoongi sólo se limitó a morder su labio inferior mientras asentía.

El silencio invadió el momento, cada unos estaba metido en sus pensamientos, hasta que Yoongi soltó un suspiro y se giró, dispuesto a volver a la casa.

- Ya no tengo que hacer nada aquí. - susurró para él mismo mientras caminaba, o eso era lo que creía hasta que Jimin corrió hacia él y lo tomó del brazo, quedando de espaldas a Yoongi.

- Y-Yo. – Jimin suspiró tratando de controlarse para no tartamudear. – Siento molestarte, pero ¿podrías caminar conmigo? – el rubio no quería estar solo, no otra vez. – So-Sólo caminar, no debemos hablar si no quieres. – agregó al notar que el pelinegro no contestaba. Bajó la cabeza y lentamente soltó el brazo de Yoongi, en ese momento pensó que no debería haberle pedido nada, tendría que haber dejado que se fuera.

Yoongi soltó un suspiro y se volteó para ver al pequeño. Al verlo bufó, quizás arrepintiéndose de lo que iba a hacer. Comenzó a caminar en dirección contraria a la de Jimin, dejando al rubio sorprendido mientras lo veía. Yoongi dio unos cuantos pasos y al notar que el rubio no estaba con él se volteó y lo miró desde lejos.

- ¿No querías caminar? - preguntó  en un tono de voz alto, para que Jimin pudiera oírlo.

El pequeño sonrió y corrió hacia él. Yoongi lo miró serio hasta que llegó a su lado y luego puso su vista al frente para comenzar a caminar nuevamente. Ambos caminaban en silencio, por lo menos había logrado distraerse delo problemas, ya que lo único que estaba en su cabeza.

Recordó la vez que se había conocido, cuando Yoongi lo llamó “idiota” y él sólo miraba embobado sus tatuajes. Llevó su mirada a los brazos del pelinegro y soltó una leve risa, logrando cautivar la atención de él. Miró a Yoongi sonriendo y al notar que él lo miraba frío corrió su vista, sintiendo la mirada del mismo en él. El pálido sólo quería saber quién era el causante de los moretones en Jimin, quería golpear tan fuertemente a esa persona y no entendía por qué se sentía así.

- Niño. – Yoongi lo llamó, Jimin lo miró y paró de caminar al ver que el pelinegro lo hacía.

- ¿Qué pasa? – preguntó suavemente.

Yoongi quiso sonreír, porque era la primera vez que no tartamudeaba estando con él, pero no lo hizo.    

- ¿Quién te golpeó? – fue directo y vio que el pequeño se tensó al instante.

Brothers? --> YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora