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»Amor de Navidad«

Día 30 de Diciembre.Bryan y Freddy se encontraban en su casa.El castaño como lo prometió estaba cuidando de su lindo novio.

—¿No quieres algo más?.

—Sí.Un abrazo tuyo.—Bryan sonrió y lo abrazó.

—Bry.

—Mande.

—Perdón porque no te voy a poder ayudar mañana.—Hizo un lindo puchero.

—Tú no te preocupes por eso.

—Es que...—

—Nada,tú tienes que descansar.

—Está bien.

—Ay bebé eres realmente lindo.

—Tú también lo eres.

—Es que no sé cómo explicártelo;es algo difícil. Cuando comenzaste a gustarme en ningún momento me imaginé algo como esto,que terminaríamos siendo novios y muy felices.

—Nunca sabes que puede pasar Bry pero estoy feliz de que estemos juntos.

—Yo mucho más.

—Te amo.

—Yo también te amo.

(...)

Bryan se encontraba dormido y Freddy sólo lo veía.

Podían existir muchas personas que jamás creyeron que era un chico el que le escribía cartas y otras que le decían que no se ilusionara porque nunca lo conocería. Podrían haber sucedido muchas cosas si le hubiera hecho caso a todas esas personas y agradecía tanto el no haberles hecho caso porque ahora podía jurar que tenía al mejor novio del mundo,lo amaba y Bryan también lo amaba, no podía pedir nada más.

El castaño despertó y sonrió al ver que el rizado lo estaba viendo.

—¿Cuánto tiempo llevas viéndome?.

—Desde que te dormiste.—Bryan rió al escuchar eso.

—¿Por qué lindo?.

—Porque tengo que cuidarte así como tú cuidas de mí.

—¡Qué lindo bebé!.

—Por cierto cociné galletas de jengibre¿Quieres?.

—¿¡Te paraste de la cama Alfredo!?.—El castaño se exaltó parándose de la cama.

—Sí,yo sólo quería cocinar algo.Tú te la pasas haciendo cosas por mí y yo quería hacer algo para ti.

—Pero sabes que no te tienes que parar Alfredo.

—Ay si te ibas a enojar no te hubiera dicho.—Dijo Freddy con un puchero.

—Es que velo por ti fueron claros contigo sobre que no debías pararte solo.

—Pues ya perdón si no las quieres daselas a un gato y punto.

—No es que no las quiera.

—Pues es que igual ya te enojaste conmigo.

—No sólo si quieres pararte dímelo la próxima vez.

—Estabas dormido.

—No importa puedes despertarme,no quiero que te lastimes o que vuelvas a caerte.

Bryan siempre trataba de cuidar a Freddy lo más que podía porque para él era lo más importante y no quería que le sucediera nunca algo malo.

—Está bien amor.Vamos a la cocina.—El castaño asintió y lo tomó por la cintura para ayudarlo a caminar.

Nuestra Navidad|Breddy MeyvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora