La caída del cielo negro: Guerra en llamas.

CAPITULO 9: La mujer de otros mundos.

¿?: ¡Por favor bajen sus armas! ¡No soy su enemiga! –La joven de cabellos ondulados volvió a repetir puesto que los arqueros no dejaban de apuntarle con sus ballestas-

VELAD: ¡Quiero hablar con Harold, soy Velad Rider, rey de Sarah!

LUCY: ¡Papa! –La chica corrió hacia ellos y Luxor también se acercó de entre sus acompañantes abriendo los brazos para recibirle en un abrazo, Lucy lloraba de nuevo, pero esta vez se trataba de lágrimas de felicidad, gran felicidad por al fin recibir una buena noticia. Leo le observo con una sonrisa cálida y esta al abrir los ojos entre lágrimas también sonrió, cuando su padre le soltó levemente esta corrió a abrazarlo y algunos guardias se acercaron para escoltarlos dentro de la ciudadela-

Cuando todos eran guiados hacia dentro, Ashley perdió de vista apenas un momento a Azura, al voltear a ver dónde estaba ya no había nadie, la chica de ojos rojizos no tuvo más opción que olvidarse del asunto y acercarse para acompañar a su rey.

Una vez dentro del castillo del rey Harold, los guardias que les escoltaban se formaron detrás de ellos cerrando las puertas en la sala real, otros guardias se alinearon al lado del rey quien permanecía en su trono observando de manera conservadora a los nuevos visitantes, en especial a la chica de cabellos ondulados. La mujer que se encontraba al lado de Velad tenía los ojos cristalinos y casi grises, el cabello de un tono marrón fuerte y la piel pálida, los sorprendente a muchos es que la muchacha era más alta incluso que el rey de Sarah, más alta que cualquier hombre que le acompañaba; además de eso la chica tenía un exótico traje de color negro muy apegado a su cuerpo, en el mismo le cruzaban unas líneas extrañamente tejidas desde las piernas hasta los hombros, parecía llevar en la cintura algún tipo de aparato que se desplegaba hasta parte de su pierna y se adhería por medio de un cinturón. En la muñeca llevaba otro objeto como un brazalete que tenía cristal y luces.

HAROLD: Tienes mucho que explicar, viejo amigo.

VELAD: Lo se bien, pero ahora mismo hay otros asuntos que tenemos que tratar –Tras un leve silencio todos en la sala se mostraron un poco inquietos, Luxor observaba a los guardias que parecían estar preparados para ejecutar a los invitados en apenas una orden de su rey.

HAROLD: ¿Quién es esta mujer? ¿Y que es esa cosa que esta allá afuera?

Velad retrocedió un paso y la chica tras suspirar se acercó un poco más, los guardias le amenazaron con sus lanzas rápidamente, pero Harold levanto la mano en señal de clemencia.

¿?: -La chica acerco el rostro a su brazalete y con los labios temblorosos hablo muy bajo apegando un poco su boca al cristal, este después de un rato imito la voz de una mujer y se amplifico en toda la sala permitiendo a los presentes escuchar claramente lo que tenía que decir- Mi nombre es Karin Hitley, vengo de una tierra muy lejana, demasiado lejana para poder explicarlo ahora mismo... Se lo que ha estado pasando los últimos días, mi pueblo ha viajado a estas tierras para ayudar a solucionar estos conflictos.

HAROLD: ¿Eres sorda, muchacha? ¡¿Qué es esa cosa que esta allá afuera?!

KARIN: -Pone la mano en su pecho y aun usando el brazalete para poder hablar levanta la vista al rey de Allure- Es una máquina, una máquina que nuestro pueblo utiliza para viajar... La usamos para venir a sus tierras...

VELAD: Esta mujer no es de nuestro mundo... Ella...

HAROLD: He escuchado suficiente... -levantándose les mira con el ceño fruncido, mostrando un poco de enojo por los recientes sucesos- Te confié la vida de mi única hija... -El rey observo a los ojos de Black quien al notar su mirada agacho la suya y se mostró apenado- Tu capital está destruida, tu pueblo... Devastado, mi hija está muerta... Y tu vienes aquí tras todo lo ocurrido aliado a una mujer "De otro mundo" que monta un dragón como los que destruyeron tu pueblo... ¡¿Acaso te has vuelto demente?!