Capítulo 4 |Desaparecida|

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No podrás hacerme desaparecer hasta que yo lo haga contigo...
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Todo se trata de respirar hondo, y guardar la calma, no queremos tener arrugas el día de nuestra Boda.

Pensó Amanda viendo el horrible desastre que dejo una gran noche de Fiesta en la mansión Benson, desastre que ella tenía que limpiar.

El desastre parecía no ser hecho por un ser humano, pero lamentablemente no fue hecho por uno, sino por muchos ¿Quién sabe cuantas personas habían asistido a aquella tan esperada Fiesta? Sin duda miles, tantos que habían hasta hecho destrozos ¿Y quién sabe si habían robado?

Y la pobre de Amanda era la única que debía lidiar todo ese desastre.

Suspiro hondo nuevamente, con una cuenta regresiva del 1 al 10, intentando mantener la calma, tal cual como le había indicado su psicólogo.

Pues era imposible no ponerse de nervios al ver todo eso y además saber que debía limpiar todo ese desastre antes de que los dueños de la mansión despertaran.

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Despertó mientras los rayos del sol se filtraban por su ventana, causando una gran molestia en su ojos, se sentó rápidamente para luego recibir un inminente mareo causando que se levanta de la cama con rapidez hacia su baño.

Y se acomodara rápidamente arrodillándose frente al inodoro para luego vaciar todo su vomito en el, esa persona era Luna Valente, ahora más conocida como Sol Benson.

Se alejó rápidamente de allí cuando al fin terminaba, se levantó del suelo y tiro la cadena del inodoro y suspiro pesadamente.

Había sido una Fiesta increíble... Bueno, hasta donde recordaba.

Irresponsablemente había tomado alcohol sin control alguno.

Estúpida.

Se reprocho Luna recordando en pequeñas partes poco a poco lo que ocurrió en su Fiesta.

Se tapó la poca rápidamente como auto reflejo al recordar algo ocurrido en aquella Fiesta.

Parpadeo un par de veces y tomo su cabeza entre sus manos al volver a sentir ese mareo, ahí estaba ella sin saber que mierda hacer.

Con suerte tal vez los demás se habían levantado de la misma forma y nadie lo recuerda.

Se dijo a si misma, dándose valor.

Se acercó al espejo y vio horrorizada su reflejo ¡Tenia un ojo morado! No recordaba esa parte ¡¿Qué mierda le había pasado?!

Gimió con dolor al tocar su ojo, para luego tomar su cabeza debido a la jaqueca por todo el alcohol que había ingerido.

¿Quien Mato a Ámbar? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora