Diario de una princesa *justin bieber y tu*

soy tu amigo

CAPITULO 7:

Salí del colegio, quería tomar un poco de aire y pensar un rato. Hoy tuve un día de adolescente normal, dudaba si era realmente lo que quería. Chismes, engaños, gente hipócrita. Lo único que le pido a esta vida es un amigo, un fiel amigo. –

¿En que pensabas? –Dijo una voz que venia de atrás, di vuelta, era Simon-

-Nada, es que vine a este baile con intenciones de hacer amigos, estoy sola en esta vida y no logre nada.

-Pero, yo soy tu amigo.

-Claro, por esta noche y luego te vas a olvidar de mi.

-Claro que no, préstame tu celular.

-¿Para que?

-Préstamelo –Sonrío- Listo, ahora tienes mi número anotado, cuando estés aburrida me llamas y salimos, cuando tengas un problema me llamas y te escucho.

-¡Gracias! -Sonreí- Tu también si necesitas algo, llámame –dije tímida-

-¿Para eso están los amigos no? -Reímos- ¿Porque no mejor volvemos y disfrutamos lo poco que queda del baile?

-¡Claro!

Tome su mano y casi abrazados volvimos al baile juntos. ¿Este seria mi nuevo amigo o era algo temporal? Por ahora, solo quiero ver el lado positivo. El es tierno, no entiendo porque Justin dice ‘cuando lo conozcas te vas a dar cuenta de la clase de persona que es’. Por no tener amigos no creo que sea malo, no se a que se refiere. Estuvimos mucho rato bailando, de vez en cuando nos sentábamos y comíamos algo. Estuvo muy divertido, tome mi celular y mire la hora.

-Debo irme –le dije a Simon-

-Pero todavía falta la coronación, a ver quien es el rey y la reina del baile.

-Suerte –le dije y me retire, casi corriendo, al salir vi a mi padre, me estaba esperando. Baje rápido la escalera y subí al auto- ¡Hola Papa!

-¿Cómo te fue? –Contesto-

-Bien –sonreí- Creo –reí- ¿Hace cuanto estas esperándome?

-Hace media hora –dijo-

-Perdón, se me paso un poco la hora.

-No importa, estas perdonada.

-¿Ahora a donde vamos? –le dije- ¿Tengo otras cosas que hacer?

-No, hoy no. Pero mañana tienes una firma de autógrafos, a la mañana.

-Uff –bufe- ¿En donde?

-En el centro comercial, tienes suerte que sea cerca de casa.

-Estoy algo cansada, ¿vamos a casa?

-Son las seis recién.

-Pero me quiero bañar, comer y dormir.

-Bueno, como quieras –arranco el auto, en diez minutos ya estábamos en casa, bajamos y entramos-

-Yo ya me voy a bañar papa.

-Bueno hija, yo voy preparando la comida.

-¿Cuándo es mi próximo día libre?

-El sábado –contesto mi padre-

-¿Qué día es hoy? –sonreí-

-Jueves.