-Te falta técnica...
El comentario tan repentino de Damian la hace sobresaltarse.
Se gira con brusquedad y lo mira desafiante.
-¿Qué...?
-Ya me has oído. Eres muy lenta, no soportas el dolor físico.
No la mira. Solo se venda la mano.
-¿A-a qué viene eso...? - pregunta molesta.
-Solo quiero ayudarte - la mira de soslayo con una sonrisilla ácida.
-¿A sí? - se cruza de brazos y se acerca a él.
Pero que diablos, el chico pájaro no miente. No soporta el dolor físico. Mientras que el psicológico se le da de maravilla.
Ahora están ellos dos solos en un rincón de la sala de simulaciones, ella iba a irse hasta que él empezó la conversación incómoda.
-Pues sí - corta la venda con los dientes y se voltea - podría ayudarte...
-¿Desde cuando eres una persona con sentimientos, chico pájaro? - se burla Rachel algo sorprendida por la propuesta de su compañero.
-Solo es para devolverte el favor. Ya sabes. Por salvarme la vida... -murmura firme.
Ella lo mira sin poder creérselo con una mueca en los labios.
Rueda los ojos y retrocede unos pasos.-Como quieras... - dice de broma al alejarse por el pasillo.
Rachel siente como Damian esboza una sonrisa complacida mientras se va.
Rachel escucha unos toques de su puerta. Se incorpora de la cama y mira el reloj de su mesilla.
"Voy a matar a quién esté llamando a las cuatro y media de la mañana... "- gruñe enfadada mientras se acerca a la puerta.
La abre con un gesto rápido y se encuentra a un Damian sonriente y divertido por su reacción con ropa de entrenamiento y una baina a la espalada.
-¿Damian? - suelta molesta - ¿qué rayos haces aquí? Son las cuatro y media de la madrugada - levanta la voz lo suficiente para que note su enfado.
-En la sala de entrenamiento en cinco minutos - dice ingnorando su reacción.
-¿Qué...? -susurra.
Se da media vuelta y se aleja por el pasillo.
-Me dijiste que sí - suelta ya fuera de su vista.
Suelta un bufido furioso y cierra la puerta obligada a cambiarse e ir a entrenar.
Cuando Raven sale de la torre para ir a la zona de entrenamiento, el Sol aún no ha salido, solo se ven unos cuantos rayos asomando por el mar.
Se lo encuentra sentado bajo un árbol, dándole vueltas a su katana, esperándola. Se acerca con sigilo y se para a unos pasos de él.-¿Vamos? - saca al chico de sus pensamientos. Este levanta la cabeza y se pone en pie empuñando la espada.
Asiente con la cabeza en modo de respuesta y se pone enfrente de ella, con una mirada seria y serena.
De repente se acerca demasiado a ella, no le da tiempo a retroceder y se quedan así.
Le agarra un brazo y no ve venir como Damian alza un poco la espada y le hace un corte largo en la palma.
Ella aparta la mano agarrándose la muñeca con una mueca de dolor. En verdad no lo soporta.
-¿Ves? No soportas el dolor - aparta la espada y le vuelve a agarrar la muñeca.
-¡EH!
Ignora su quejido y saca un esparadrapo del bolsillo de su sudadera.
-Esta bien... No soporto el dolor - reconoce aún molesta mientras él le envuelve el corte.
-Tenía razón.
-Como siempre... -dicen la frase a la vez y notan como se ponen colorados.
Ella aparta la cabeza y el corta con los dientes lo que sobra. Se separa de ella, lo que Rachel agradece, y se da la vuelta.
Se quita la sudadera y ella, instintivamente, aparta la cabeza abriendo mucho los ojos. La tira al suelo y se vuelve hacia ella.
-Bien. Empecemos.
No es el tono de voz con que lo dice lo que no la convence, si no la sonrisilla maliciosa que esboza y le revuelve la cabeza.
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