-¿Te es incómodo...?
Damian la pilló desprevenida. Solo estaba concentrada en no ponerse roja por el contacto y concentrarse en el paisaje cubierto del cielo de estrellas.
Lo cierto es que sí. Estaba muy incómoda, pero a la velocidad que iban se requería ese contacto para no salir despedida. Llevaban solo veinte minutos de viaje y ya quería suicidarse. Menos mal que la carretera estaba totalmente vacía por la hora. Si no ya los habrían detenido.
Raven despegó un poco la mejilla de su espalda para alcanzar a ver algo del chico concentrado en su conducción.
Se mordió la lengua muy fuerte.
-¿Cómo?
Rodó sus ojos hacia ella.
-El contacto. Puedes conducirla tú si quieres.
Lo dijo sin rodeos, como si le preguntase cuál es su color favorito. Así de simple.
-No sé conducir - respondió tajante apartando de nuevo la cabeza hacia el paisaje que pasaba rápido ante sus ojos.
Vió como torció los labios discreto y se calló.
"Dios, es clavado a su padre... "
-Pensaba qué tenías la edad para hacerlo... -murmuró Robin de repente.
-Solo soy unos meses más mayor que tú, Damian. ¿Te parezco tan mayor? - no pudo evitar defenderse con un tono enfadado y disminuyó un poco el contacto cone l hico maravilla.
Damian giró la cabeza y la miró travieso, segundos después volvió a su cara seria.
-No. Sabía que tenías mi edad.
-¿Entonces por qué...? - susurró. No terminó su frase, vió los ojos impenetrables de soslayo del hijo de Batman y sabía que no le iba a explicar nada.
De repente notó como iban cada vez más despacio hasta que la moto se paró completamente y él se giró para mirarla.
Rachel se desizo del agarre con rapidez y lo miro entre asustada y confundida. Sobre todo cuándo Damian se bajó de la moto y le indicó que se levantase.
Se bajó extrañada titubeando de la moto para ponerse frente a él.
-¿Qué haces?
-Enseñarte a conducir - soltó natural sentándose de nuevo apartado del manillar, donde estaba ella.
"No me quiero subir a una moto con un loco... "
-Vamos - insistió algo más animado señalando con la mano la moto.
-Esto es una estupidez. Ya te lo he dicho. No sé conducir. Vamos a matarnos si yo conduzco.
Retrocedió un paso aprentando los puños.
-Venga... -se bajó de la moto y se deslizó hacia ella - confía en mí.
Su tono manipulador y esa sonrisa de chantaje la paralizaron y cambiaron su rostro.
Sus alarmas se encendieron al ver la escasa distancia que los separaban. Puedo respirar de nuevo cuando sintió la respiración de Robin lejos de ella y al verlo subirse de nuevo en la moto.
Sonrió de nuevo y ella murmuró una maldición hacia él en voz baja y se subió delante de él aferrando las manos sudadas al manillar.
Todos esas barreras que habían levantado entre ellos desde qué llegó el chico pájaro se derrumbaron cuándo Damian deslizó sus tonificados brazos por debajo de los de ella y colocó sus manos sobre las de suyas.
Un rubor intenso se hizo presente en sus mejillas y apartó la cabeza de su vista rezando por que no se diera cuenta de esto.
Él le apretó un poco las manos de Raven y se acercó más.
-¿Y ahora qué? - preguntó nerviosa mirándolo de soslayo tragando saliva.
-La primera marcha - señaló con la barbilla la moto y ella obedeció titubeante intentando no mirarle y ocultándose tras su pelo.
La moto se puso en marcha y notó como su corazón pegaba un vuelco y se mordió la lengua. Se volvió a incorporar y respiró el aire frío de la noche profundamente calmando sus nervios.
-Espera.
No le dió tiempo a replicar, Damian le cogió la barbilla soltando una mano de la suya volteandola y le apartó el pelo de la cara escondiendolo tras su oreja con delicadeza.
-Mejor. Si no no vas a ver.
Volvió a tragar saliva ignorando su sonrisilla y se volteó. Damian volvió a depositar su mano sobre la suya y la giró impulsando la moto con el pie.
-Como vayamos tan rápido te mato... - la oyó susurrar. Realmente disfrutaba del aparente nerviosismo de Raven. La hacía ver inocente.
-Tranquila - Rachel se sorprendió de que la oyera - yo te ayudo.
Empezaron a ir a un ritmo normal con varios percances por parte de Raven pero que Damian evitó. Sumergidos en un silencio extraño. El pegado a ella vigilandola con un leve tono rojo y ella mordiéndose la lengua hasta tener sabor a sangre en la boca.
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