Eran las siete de la mañana, anoche se quedó Amaia en mi casa.
Estábamos esperando el avión que nos llevaría a Madrid. No me puedo creer que vaya a ver a todos.
- ¿Tú crees que querrán verme?
- No seas tonta. Pues claro que querrán.
- Eso es lo que soy una tonta por haberme dejado manipular por ese idiota.
- No digas eso. No sabías que era de verdad.
- Ya, pero debía haberlo averiguado.
- No te hagas tanto daño a ti misma. Tú no lo sabias y ya esta.
- Vale.
Ya habíamos llegado a Madrid y en el aeropuerto nos esperaban Alfred y Ana. Ana me dio un gran abrazo y Alfred a Amaia. Me preguntaron que, que me paso. Les dije que se diría primero a Cepeda. Entonces sin dudarlo, me dijeron la localización de Cepeda y me acompañaron. Después de un largo viaje llegamos.
-No no no no. No puedo. Que le digo.
-Lo sabrás al momento.
- ¿y si no quiere escucharme? ¿Y si no me perdona?
- ¿quieres que te acompañe?- dice Amaia.
- Si.Llame a la puerta. Mientras, pensaba en todos los momentos que había pasado junto a él en la academia, hasta que...
- Esta abierto.