Narra Aitana
No me podía creer lo que me iba a hacer Vicente. Pensaba que lo iba a entender. Pues me equivocaba, como la mayoría de las veces.
Estaba ya en Madrid, no sabia si me iba a atrever a decirle eso a Cepeda.
- ¿si?
- Soy Aitana.
- Hola.
- Hola, ¿podemos hablar?
- Si, claro. ¿Que pasa?
- Es sobre lo que me has dicho antes, lo de tu y yo
- ¿Ya lo has pensado?
- Si.
- Así que, ¿cual es tu respuesta?
- Es un... no.
- Ah, pensaba que ya no sentías nada por Vicente y que te habías enamorado de mí.
- Pues te equivocabas, nunca sentí nada por ti.
- Entonces vete con tu novio. Juega con sus sentimientos y no con los míos.
- Vale.
En ese momento salí por la puerta llorando. Se que me dijo que no hablase con nadie, pero no aguantaba mas. En vez de volver a Barcelona me fui a casa de Amaia a hablar.
Estaba en la puerta, con la raya corrida por la mejilla y empapada porque estaba lloviendo. En cuanto me abrió, me tiro del brazo y me rodeó con una toalla. Allí también estaba Ana y no dudo en abrazarme e interrogarme. No aguante mas y les conté todo lo sucedido.
Pero nadie me aviso de que Cepeda iba a venir a cenar. En cuanto me vio así supo lo que pasaba. Eso era de lo mas me gustaba de él, que con una mirada sepa lo que pasa. Se dio media vuelta y salió muy cabreado.
- CEPEDA!! ¡¿Adonde vas?!
- A matar a ese cabrón.
No podía impedírselo a la fuerza, pero sabia que hacer.