Capitulo 1: Señora Kozlova

26.3K 1.7K 173
                                    

Amanda Bachmann

Siento mil maripositas revoloteando en mi estomago. Llevo un lindo y sencillo vestido blanco adornado con diamantes, un velo hasta las rodillas junto con unas rosas blancas en las manos. Estamos aquí, frente a un altar en menos de una semana, Sergey con un miedo absurdo a que cambiara de parecer, ha querido que nos casemos sin ni siquiera invitar a nadie, solo quiere que sea su esposa, que sea la señora Kozlova. El juez me pregunta si deseo ser la esposa de Sergey Kozlov. Los ojos me sollozan, siempre he querido ser su esposa, pensé que jamás lo sería y hoy, hoy estoy a solo un paso de convertirlo en realidad.

— Acepto ser su esposa

Sergey me mira rebosante de alegria, sonrie e intenta no sollozar, pero sus emociones lo traicionan y una lagrima rebelde cae por sus mejillas. Con la voz temblorosa, él me acepta a mí como su esposa y tras ponerme el anillo en el anular y yo poner el suyo; besa mis labios abrazando mi cintura.

— La amo, señora Kozlova

Muriendo de amor y emoción me abalanzo en sus brazos chillando de alegría. ¡No puedo creerlo! ¡Estoy casada! Me carga en brazos y sus manos, esas manos comienzan a descender por mi espalda erizando mi piel. Muerde mis labios sonriendo

— Prometo señora Kozlova, darle una luna de miel de la que jamás se va a olvidar..., bueno prometo que lo único que va a olvidar es el nombre, haré que grite, que gima, que se retuerza de placer. Haré que cada embestida quede grabada en las cercanías de tu útero. Voy hacerle el amor señora Kozlova, le haré el amor y también le haré correrse, la haré temblar, haré que su mente no pueda procesar palabra alguna, su vagina, esa que me tiene loco, todo urgido estará caliente, mojada, hinchada. La azotaré, chuparé..., le haré cosas que su cuerpo ni su morbosa van a olvidar.

Trago saliva. Siento mi vagina empapada de solo escucharlo. Salimos de la capilla y aún no se ni siquiera donde pasaremos nuestra luna de miel, no me ha querido decir. Sólo llevamos una semana en Rusia y desde que llegamos solo he estado pensando en la ceremonia y nada más. Tengo varias llamadas perdidas de Edward y uno que otro mensaje de texto. ¿Como hago para escaparme a Alemania después de la luna de miel? Busco cómo hacerlo y cada vez lo veo más difícil pero lo necesito, siento que es parte de la tranquilidad de Sergey y ahora mía que soy su esposa. Decido responder después, Llegamos al penthouse y la maletas están aguardándonos en un rincón. Siento sus brazos rodearme mientras que su nariz aspira mi olor en la nuca.

— Hueles..., hueles delicioso.

—  ¿Donde pasaremos la luna de miel?

— No seas curiosa, te prometo que te encantará.

— Aún no creo que sea tu esposa.

— Lo eres, eres mi esposa, mi mujer. La que escogí entre muchas, la que robó mi corazón, mi voluntad y mis deseos.

Logra sacarme una sonrisa y ya me veo toda traviesa. Muerdo mis labios buscando aflojarle el cuello de su camisa. Siento calor, ardor..., muero por sentirlo dentro de mi. De tenerlo fuerte y salvaje; quiero sentir esa morbosidad que logra hacerme sentir como toda una diosa, como la dueña de su cuerpo y sus deseos. Detiene mi mano con la respiración algo agitada.

— Muero por follarte, realmente no sabes como deseo follar a mi esposa. Pero he decidido esperar hasta que lleguemos a ese lugar donde no te daré cuartel ni a ti ni a esa que llevas entre las piernas.

Extrañada pregunto

— ¿Y eso por qué?

— Quiero que la primera vez que te toque siendo mi esposa, sea una que nunca olvides.

Retame, Jaque Mate ( A la venta en Amazon) primeros cinco capítulos de prueba Donde viven las historias. Descúbrelo ahora