Sergey Kozlov
No me canso de verla, de admirar esa belleza que me tiene como tonto enamorado. Ella pide pequeños platillos típicos del lugar y los prueba maravillada. Lleva en su cabeza una corona de flores muy tierna luciendo como varias mujeres de la zona.
— Esto se llama Laulau, sabe muy rico anda prueba un poco. Sabe muy rico — Dice acercando su tenedor a mi boca.
Pruebo eso que tanto afán tiene que pruebe. Es como una niña pequeña cuando está feliz. Lleva puesto un bañador que me hace pensar perversiones. Sonrio mirando sus senos comentando
— No creo que ese bañador llegue a la playa. Estaría cogiendote en todas partes.
— ¿ Ah si? Por mi encantada. Vamos a la playa, no puedo aguantar las ganas de asolearme, de nadar, de tomar refrescos mientras miro las olas.
Pongo los ojos en blanco de solo pensarla en bañador robando mil miradas y no sé cómo pero no lo voy a permitir.
— No
— ¿No que?
— No vas a asolearte y menos con el bañador que llevas puesto. Solo yo te miro
— No empieces Sergey. Deja los celos tontos. No puedes evitar que me miren, ademas no creo que lo hagan. Y de de hacerlo, solo pueden mirar pero tú puedes eso y mucho más, lo sabes.
— ¿Se supone que eso me tranquilice?
Dice que si con la cabeza y no me queda más remedio que convertirme en guardaespaldas de ella. Ella está inmersa en una felicidad que me llena de alegría. Mira todo con emoción queriendo hacer mil cosas a la vez. Quiere nadar, surfear, ¡Bailar!, ¿Ir a un Karaoke? Está loca si piensa que voy a ponerme a cantar en un karaoke. Yo la verdad, con coger me basta. Agarra mi mano recostando su cabeza sobre mi brazo mientras caminamos por la arena, me siento extraño. Nunca había llegado a esto, a algo tan simple de tomarse de las manos como cualquier pareja. Es una rareza en mí y apenas sé cómo debería reaccionar. Amanda nota mi rareza y no tarda en comentar.
— Tú podrás ser todo lo amo que quieras y someter en el sexo todo lo que quieras, y te lo acepto. Pero si bien eres el que domina en la cama, yo domino otras cosas — Sonríe — por ejemplo, el que aprendas a ser romántico y hasta un poco cursi.
— ¿Que me has hecho? Nunca pensé que terminaría casado amando a una mujer al punto de imaginar una vida junto a ella.
Comienzo a quererlo más que Amanda. Imagino una pequeña bebita con sus ojos, con el color de su cabello y no puedo evitar sonreír. Solo con ella podría querer ser padre. Como ella casi siempre hace lo que quiere, se quita el vestido traslúcido playero que trae puesto dejando a docenas de miradas el cuerpo que me trae locamente enamorado. Camina hasta la orilla de la playa, moja sus pies y al acercarme a ella me dice ilusionada.
— Se siente muy rico, ¡es todo un sueño! Quiero ir más adentro.
— Hablas como si fuera la primera vez que estás en la playa.
Me mira algo apenada respondiendo
— Es mi primera vez. He visto el mar pero nunca había tenido la oportunidad de estar en el. Sin proponértelo, has cumplido uno de mis más grandes sueños.
Tomándola por sorpresa, la cargo en brazos adentrándome con ella en las aguas cristalinas y poco profundas de la costa de Hawái. Las olas nos arropan y Amanda no deja de reír y salpicarme agua.
— ¡Te amo! — Grita divertida
— Yo más voluntariosa
— No, ¡Grítalo! Así como yo ¡Te amo!
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Retame, Jaque Mate ( A la venta en Amazon) primeros cinco capítulos de prueba
RomanceUn mal entendido, una intriga lleva a que el amor de Sergey y Amanda sea puesto a prueba. Cuando Amanda descubre a Sergey y a Megan en el hotel, la desconfianza y el dolor de la traición quiebran su corazón sintiendo que ya nada será igual. Comienz...