Solo Eres Una Empleada |AGUSLINA|

Necesito A Mi Familia.

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Carolina despertó con un animo positivo, había dormido toda la noche como un bebé, tan tranquila y pacíficamente.

De un brinco salió de la cama, se dio una ducha y se vistió para el día de hoy.

Llegó a la cocina donde se encontró con Logan, quien estaba leyendo el periódico.

—¡Hola Carolina! —saludó él levantándose del asiento y besando tierna mente la mejilla de ella.

—¡Hola Logan!, ¿como estas? —preguntó ella mientras se colocaba el delantal.

—Bien y ¿vos? —preguntó Logan de vuelta.

—Bien...

No sabían que conversar, después de ese corto dialogo ninguno de los dos hablo más, ella procedió a picar frutas para el desayuno de los demás y el volvió a leer el periódico.

Carolina alzó la vista y miró por la ventana de la cocina, le sorprendió ver a Agustín bajando de su auto, se había levantado temprano, ¿Para qué?.

Bajo de su auto y sacó aproximadamente 10 bolsas de tienda, ¿se había levantado temprano solo para ir a una tienda a comprar?.

—Voy a ver si Sole se levanto para ir a la escuela —le dijo ella a Logan, él solo asintió con una sonrisa.

Pero la verdad no era precisamente Sole su objetivo sino un hombre llamado Agustín, quería encontrarse con él aunque no le dijera absolutamente ninguna palabra.

Salió a la sala y se encontró con él, la miro de reojo y dejo las bolsas encima del sofá.

—Hola —saludó Agustín.

Ella se tardó en contestarle, es que ¿Él la había saludado?.

—Ah... Hola —saludó ella de vuelta, después de haberse recuperado de su estado en shock.

—¿Sole esta despierta? —preguntó el poniendo sus manos en el bolsillo de su pantalón.

—Eso iba a ver, tiene que tomar su desayuno para luego irse al colegio —respondió ella poniendo un pie en el primer peldaño de la escalera.

—Te acompaño, le tengo un regalo —mencionó él, al momento en que tomaba una bolsa de color rosado.

—Ah. Bueno.

Los dos juntos subieron las escaleras, Carolina aun pensaba en la nueva actitud de Agustín. Era sorprendente como una persona podía cambiar de actitud un día para otro.

Juntos llegaron a la pieza de Sole, ña cual se encontraba con la puerta cerrada; ella abrió la puerta dejando ver a la pequeña acostada en su cama durmiendo todavía.

—Sole —dijo Carolina abriendó las cortinas de la habitación.

Agustín se sentó al lado de la cama de Sole y le daba pequeños besos en la cara.

—Agustín, me haces cosquillas —susurró la pequeña despertando.

—Despiertate dormilona, teneis que ir al colegio —le dijo él.

—No quiero ir —exclamó ella, cubriendose la cara con las sabanas blancas.

—Si no vas no te daré el regalo que te compre —amenazó Agustín con una sonrisa en el rostro.

—¡¿Me compraste un regalo?! —preguntó Sole mientras se descubria la cabeza y se sentaba en la cama.

—Si... —respondió él —¡Toma! —le entrego la bolsa rosada.

Ella con una hermosa sonrisa en su rostro abrió la bolsa y se encontró con una hermosa muñeca color rosa, la pequeña quedo mirando realmente sorprendida su regalo, ésta solo miro a Agustín y se lanzó a abrazarlo.

—Gracias, Agustín es realmente hermosa —agradeció ella. —¡Gracias, hermano!

—De nada —susurró Agustín, al momento en que le correspondia el abrazo a su pequeña hermana.

Carolina miraba afanada la escena, unas ganas de llorar inmensas entraron en ella; le gustaría comprarle un gigante regalo a su hermana, pero casi no tenía tiempo para salir y comprarle algo.

Trataba de conter sus lágrimas pero le era imposible. Miró por ultima vez a Sole y Agustín, y salió de la habitación lo mas rápido posible.

Corrió hasta que llegó a su cuarto, entró en él, cerró la puerta dejando deslizar su espalda en ella. Salió de la puerta y se sentó en la cama.

Se sentía mal, sentía que necesitaba de su familia, ¿Qué pasaba si renunciaba ahora a su trabajo y se iba?, ¿Que pasaría? es que realmente ya no tenía ganas de permanecer en la casa, ya no quería estar un momento mas ahí.