5° Te quiero

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Las respuestas fueron claras y firmes, no se arrepentían en absoluto de aquella decisión, porque sabían con quien estaban depositando su vida, con quien estaban estrechando los lazos inquebrantables que les acompañarán toda la vida.

Ambos se miraron con felicidad, estaban tan contentos y eufóricos que podrían gritar su felicidad y se oiria desde la otra punta del mundo.

Cuando por fín tuvieron la ocasión que tanto estaban esperando. Pudieron juntar sus labios en un beso apasionado y necesitado. Sabían que era distinto al resto de besos que se habían dado, este era especial.

Aseguraban ambos labios que era exquisito, el sabor era espléndido, como saborear el néctar de los dioses.

Todo los presentes aplaudieron de la emoción. Se podía sentir la felicidad de los novios y, la victoria que se habían ganado después de la ardua batalla que conllevaba realizar antes de llegar a esta ceremonia.

-¡Un brindis por los novios! -chilló Seitaro con la copa alzada. Aquella acción fue repetida por los demás presentes, gritando de emoción y deseando por lo alto lo mejor a los recién casados.

-Muchas gracias a todos por asistir- sonrió contento Uno, que sujetaba la cintura de su esposo.

Pasó un buen rato que los tortolos estuvieron agradeciendo a todos lo invitados por haber venido y agradecerle los presentes.

-¡Venid aquí! -Rock, en un abrazo de oso alcanzó a coger a ambos y estrecharlos entre sus brazos- Ya era hora, una lástima que no lo celebrarais una semana antes, habría ganado- suspiró abatido y miró a su pareja.

-¿Qué has apostado?- lo miró curioso Uno.

-Lo he dejado en abnistencia durante dos semanas- suspiró imaginándose el merecido descanso que recibirá su trasero.

-No te fíes mucho de él Liang, en cualquier momento, te puede atacar- le guiñó un ojo para que tuviera cuidado.

-Lo tendré en cuenta...- un escalofrío le recorrió por toda la espalda.

-Uno...

Rock quería pegar a alguien ahora mismo, más concreto a Uno.

-...pensaba que estabas de mi parte- susurró hacia el nombrado.

-Lo siento amigo.

El pelimorado suspiró.

-Rock... podemos ir un momento a saludar a Samon-san.

-¡Claro cariño! -le garra de la cintura- Uno ¡nos vemos luego! -se despide de él con la mano, su pareja lo imita y Uno le devuelve el gesto echando una risa tonta.

-Al final... te lanzaste... me pregunto para cuando será- pensó en voz alta. Volvió a soltar otra carcajada de solo pensarlo.

Rock es el tipo de persona difícil de tratar en temas de amor. Pero, sorprendentemente Liang pudo derribar ese muro. Aunque, muchos otros lo han intentado y lo único que han conseguido son heridas.

-¡Jyugo! -lo llamó al disiparlo detrás de un grupo.

El nombrado, al verlo, no se lo pensó dos veces y corrió hasta él y, cuando se sintió en sus brazos, esbozó una hermosa sonrisa- Uno, baka, te llevo esperando un buen rato- dijo sin dejar de sonreír.

-Lo siento, lo siento- junto ambas frentes.

-¡Oh! Casi se me olvida, tengo que tirar el ramo- bajo de sus cálidos brazos y se posicionó a espaldas- ¡¡Atención!! ¡¡Que tiro el ramo!!

Al oír aquellos, mucho de los presentes se posicionaron detrás de la espalda del azabache, la esperanza de que callera en sus manos y ser los próximos afortunados.

Cuando estuvo listo, lanzó el ramo y, al darse la vuelta para ver a quién le había caído, sus ojos fueron tapados- Uno, no veo ¿a quién le ha tocado?

-Mejor que... no lo sepas- se echó a reir.

-Maldito bastardo...- dijeron a la vez el gorila y el mono. Por poco no matan al novio por ello y al otro por reírse. No obstante, al ver que todos tenían la misma reacción lo dejaron pasar aunque,  tomaron en cuenta el consejo del ramo, bueno... un poco.

Los novios se fueron a un lugar más privado después de el revuelo del ramo, ahí tuvieron su momento de paz y tranquilidad del que tendrían ocasión de disfrutar más seguido, ya que habían unido sus vidas en unos objetos dorados que a simple vista no tienen valor, pero que dentro guardan la unión de un amor entre dos idiotas enamorados.

La boda perfecta /Nanbaka/ yaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora