El sexy chico de la tienda

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—Quiero comprar este —dijo Youngjae mostrando al resto unos pantalones ajustados de color negro rasgados—. O este —mostró el otro par, en color gris, que tenía en su otra mano—. ¿Cuál será mejor?

—Los dos me gustan —comentó Yugyeom sonriente. Jinyoung se alegró, el plan estaba funcionando.

—El negro te queda mejor, creeme —dijo Mark apuntando a la prenda de su elección.

Youngjae miraba ambos, considerando cual sería la mejor opción. Alzaba uno y luego el otro, debatiendo sin argumentos en su mente.

Solo le quedaba dinero suficiente para comprar uno de los dos, por lo que tenía que hacer una decisión sabia y bien pensada.

Lanzó una moneda.

Ganó el color negro y ese fue el que compró, se dirigió a la caja a pagar y no se percató de la apariencia del chico que le recitó un típico "¿Sería todo?" y luego le dijera el total a pagar porque, si le hubiera hechado un vistazo antes de acercarse, se hubiera sentido apenado y era capaz de hasta obligar a Mark a que pagara por el.

Aquel chico era guapo. Diablos, era totalmente sexy.

Piel pálida, cabello oscuro despeinado, ojos profundos, expansores y un piercing en la ceja, facciones firmes pero fluidas. Lucía como todo un chico malo, de no ser por la sonrisa cálida que le daba que lo hacía una mezcla rara de peligro y ternura.

Youngjae se quedó petrificado con los billetes en la mano y el cajero dudó en si debía tomarlos o no.

Rápidamente desvió la mirada. Sentía mucho calor repentinamente y quería ya pagar para acabar con la vergüenza de su torpeza frente a un chico atractivo.

Como siempre...

Su mirada se fijó en los artículos en el mostrador junto a la caja en especial en una cabeza de maniquí con un sombrero ancho que llamó su atención y redujo un poco su nerviosismo.

A youngjae le encantaban los sombreros —culpa de su abuela materna— y creyó que sería buena forma de deshacerse de los nervios el ver alguna otra cosa que no fuera el lindo chico que estaba embolsando su pantalón nuevo. Removió nervioso un perchero con distintos dijes en el mostrador y regresaba la vista al sombrero. Así varias veces. El cajero lo notó y quiso saber que era lo que el chico tanto observaba con bastante interés. Le quitó el sombrero al maniquí y miró de frente a Youngjae. Sus ojos hicieron contacto y una chispa vibró en el cuerpo de Youngjae al mirar esos ojos negros.

—¿Te gusta? —le preguntó haciendo crecer en Youngjae un mar de nervios.

Dos metros mas lejos, sus tres amigos observaban divertidos la bochornosa escena del "manojo de nervios" Youngjae y reían.

—Pienso que te quedaría bien —continuó el cajero dedicándole una amplia sonrisa blanca a Youngjae. Youngjae tartamudeó un poco repitiendo vocales sin sentido, sin tener claro que estaba diciendo ni él mismo.

—T-tal v-vez —dijo Youngjae y se reprendió mentalmente por lo estúpido que había sonado.

El cajero jugó un poco con el sombrero y después lo acercó un poco al contrario.

—¿Puedo? —preguntó haciendo aman de colocárselo. Youngjae asintió apenado y el empleado lo colocó sobre su cabeza acomodándolo y después acercándole un espejo redondo que tenía a un lado para que se viera en él.

—Creo que te ves muy bien, te hace ver sexy —comentó.

Youngjae se sonrojó y cubrió su boca para no comenzar a gritar.

—Deberías comprarlo.

—S-si, debería —dijo Youngjae sonriendo como tonto—. Pero ya no tengo dinero —dijo sin pensar.

Su cerebro estaba muy ido para ese momento. El cajero hizo un puchero triste muy tierno. Su táctica no estaba funcionando y se pensó un rato lo que estaba por preguntar.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó el chico. Youngjae se sobresaltó pero intentó reacomodar su cabeza y conectarla de nuevo con su boca para contestarle:

—You- youngjae —habló rápido para no errar más.

—Bueno... Youngjae, parece que tendrás que volver algún otro día para poder comprarlo —dijo el empleado hablando con un tono de voz un poco más grave—. De preferencia en fin de semana.

—¿Por qué en fin de semana? —preguntó extrañado de la recomendación.

—Porque esos días trabajo aquí —le sonrió de medio lado y se mordió un poco el labio. Youngjae enrojeció nuevamente.

—Aquí tienes tu compra —le extendió la bolsa con el logo de la tienda y Youngjae lo tomó sintiendo su piel erizarse al rozar levemente la mano del contrario. Su piel era suave.

Caminó con el cuerpo tenso hasta la salida, olvidándose de sus amigos y de darle una respuesta o agradecerle al cajero que le estaba coqueteando. O eso creía que hacía.

Solo salió de la tienda.

Mark, Jinyoung y Yugyeom lo alcanzaron fuera cuando caminaba sin rumbo.

—¿Qué fue eso? —preguntó alteradamente divertido Mark.

—Eres increíble, hyung —dijo Yug pasando su brazo alrededor del cuello de Youngjae.

Entonces Youngjae recordó algo importante y corrió de regreso a la tienda, dejando de pensar en todo y sin importarle nada. Entró a la tienda y corrió hacia la caja.

—Oh ¿olvidaste algo? —preguntó amablemente el chico de la caja viendo que regresó.

—Si, eh... ¿Cuál es tu nombre? —preguntó apenado. El chico sonrió.

—Dime Jb —contestó. Le giñó un ojo y el corazón de Youngjae dio un salto por la acción del contrario.

I Got (7) New RulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora