Adicto a él

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—¡Y entonces me besó! —canturreó Yugyeom relatándole los hechos a sus amigos.

Mark y Youngjae gritaron como locos.

—¡No puedo creerlo! —¡Es tan romántico! ¿Dónde puedo conseguir un Jungkook? —bromeó Mark. Yugyeom se sentía en las nubes.

—¡Esperen! —calló a todos Jinyoung—. Y después ¿Qué hiciste? —preguntó inmerso en la curiosidad.

Jinyoung no era una persona romántica ni chismosa, pero esto había logrado captar su atención y quería saber cómo terminaba.

—Pues... terminar de ver la película —dijo dudando si era la respuesta correcta. Los quejidos de decepción de sus amigos lo confirmaron.

—Debiste hacer tu movimiento, Yug —le reprochó Youngjae.

—¿Qué movimiento?

—Ya sabes, algo romántico para demostrarle que le correspondes —explicó Mark.

—Bueno... él... me tomó de la mano y yo no lo aparté —se excusó Yugyeom mostrando su mano como si fuera evidencia validatoria—. Bueno, en realidad solo puso su mano sobre la mía en el reposabrazos.

Mark alzó los hombros y Youngjae meditó para sus adentros.

—Supongo que es suficiente—dijo el americano—Haste a desear.

—¿Cuando se volverán a ver? —preguntó Youngjae.

—Nos veremos de nuevo mañana —agregó el menor volviendo a sonreir como idiota.

—Interesante —agregó Youngjae suspicaz.


Los maknaes habían acordado salir dos días después de su primera cita en la cual no ocurrió nada después de aquel apasionante beso.

Jungkook le sorprendió despidiéndose de él con un beso en la mejilla y después corrió y se desapareció por la calle. Pero las palabras beso, amor, relación o nosotros nunca aparecieron en sus conversaciones. Quizás fuera muy pronto y muy impulsivo todo.

Yugyeom pensaba que, tal vez, el mayor se arrepentía y no quería hablar del tema más.

O que quizás, si dijera algo se sentiría presionado y todo se volvería incómodo por lo que durante su segunda cita no mencionó nada al respecto ni se acercó tanto como hubiera deseado. Simplemente juagron al hockey de aire que había en un local de juegos que visitaron y tomaron un helado: Yugyeom de pistaches y Jungkook de Moras.

El rubio le ofreció un poco de su helado y este acercó el cono a su boca sin dudar y lamió un poco del postre.

A yugyeom le pareció sorprendente cómo el chico frente a él podía hacer de una acción tan simple y sencilla una escena tan erótica y seductora a sus ojos. Fue como si sucediera en cámara lenta, ver sus labios -que tenía ganas de probar nuevamente- deslizarse sobre el cremoso helado y humedecerlos.

Además, el frio le hacía ver los labios mas rojos por lo que lucían aún más apetecibles.

Y pensar que era su primer beso y ya se había vuelto adicto a él.

El día avanzó y el sol estaba por ocultarse. Pronto deberían volver a casa.

Caminaban por un parque que estaba a algunas cuadras de la heladería. Sus manos constantemente se rozaban, pero ninguno se atrevía a tomar la mano del otro y dar un paso.

Cada roce desataba una descarga por el cuerpo de Yugyeom y le hacían desear que ese momento no acabara nunca.

—Yugyeomie —le llamó repentinamente Jungkook deteniendo su andar. El aludido lo miró dudoso de que diría—. Hoy —continuó—, ha sido un gran día. Me la pasé muy bien —dijo sonriente—. Y... —El chico frotó su cuello con nerviosismo. No estaba preparado para decirlo, pero sentía que si no lo hacía explotaría.

—Yo también me la pasé increíble —agregó Yugyeom.

Jungkook hizo un debate mental y recabó todo el valor que tenía para, por fin, tomar la mano de yugyeom y entrelazarla con la suya.

—M-me gustas —confesó sin rodeos—. Me gustas mucho y quiero gustarte también Yugyeomie.

La mano de Jungkook soltó el agarre con la del mencionado y ambas formaron puños y cerrando los ojos con fuerza esperando ser rechazado o algo similar.

El rubio sonrió tímidamente y acercó su cuerpo al contrario.

—Tu también me gustas mucho —confesó apenado.

Esta vez Yugyeom fue quien acercó su rostro a Jungkook. Posó una mano en el mentón del pelinegro y acarició la piel con el pulgar.

Estuvo esperando toda la tarde para hacerlo y ya no podía aguantarse un minuto más. Sujetó sus mejillas con ambas manos y lentamente acercó sus bocas, procurando ser tan delicado como la situación lo ameritaba.

La calidez de los labios de Jungkook hizo contacto con la deseosa boca de Yugyeom.

Bajo una farola, con el sol despidiéndose en el horizonte, ambos confirmaron sus sentimientos de atracción mutuos.

Después hablarían de relaciones o de qué sentían, ya habría más citas y demás charlas de amor ; por el momento, Yugyeom solo quería disfrutar del sabor dulce de los labios de Jungkook y del sentimiento de adrenalina que causaba en su cuerpo.

I Got (7) New RulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora