Un poco de alcohol

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decidí ir a un parque con algunos amigos que hacía mucho tiempo no veía, estaba disfrutando de la vista cuando un chico alto, flaco y con el cabello un poco largo pasó enfrente, lo seguí con la mirada. Se sentó a unos pocos pasos de donde estábamos, él estaba con sus auriculares y contemplaba el paisaje; sin darle ninguna explicación a mis amigos me dirigí donde estaba este chico misterioso y me senté al lado,  espere un rato y seguí mirando el paisaje, a los pocos minutos el chico se dio cuenta que tenía a una chica con cabello largo y lentes a su lado.

-¿Hola?

Le sonreí y le ofrecí un bombón. –Hola.

Lo recibió y me miró con sus ojos cafés un poco confundido.

-Me llamo Natasha. ¿Qué escuchas?

-Eh... un placer Natasha.

Me reí y lo animé a seguir.

-Escuchaba drugs de Eden.

-Sí, sé cuál es.

Saqué mi teléfono y le mostré que también la tenía descargada.

-¿Qué haces solo?

-Me gusta despejar mi mente en estos lugares.

-¿Fumas? –Le dije con diversión.

-No, no de esa manera... solo vengo y me siento a pensar lo efímera que es la vida.

-La vida es efímera, por eso debemos disfrutarla al máximo hasta que se termine ¿no crees?

-Sí, supongo.

-¿Entonces qué haces aquí? ¿por qué no estás disfrutando de la vida?

-También hay que parar algunos momentos, y además creo que no sé cómo disfrutar de la vida.

-Cada persona disfruta a su estilo, y a según sus experiencias pasadas –Le dije mientras miraba el paisaje, mi rostro estaba parcialmente tapado con mi cabello.

-¿y tú sabes cómo disfrutar la vida?

-Creo que sí ¿quieres aventurarte conmigo?

-¿Cómo?

Lo miré a los ojos y le sonreí, él tenía esa excitación en sus ojos, esa emoción de algo nuevo.

-¿Cómo te gustaría?

-Bueno, ya te dije que no sabría cómo disfrutar mi vida, así que mucho menos sabría cómo me gustaría.

Me incline y lo bese, muy lento y dándole unos pequeños mordiscos, cuando me alejé de su hermoso rostro inocente,  solo se quedó mirándome muy confundido y asustado.

-¿quieres algún trago? –se lo dije acercándome de nuevo a su rostro.

-Claro, si quieres vamos por shots.

-¿y si mejor compramos whisky?

-Está bien. ¿dónde?

-Conozco un pequeño bar cerca.

Me levanté y empecé a caminar sin mirar si me seguía, escuche su pequeño trote para alcanzarme.

-¿por qué yo?

-Estoy empezando a sacar la conclusión del porqué no sabes cómo disfrutar la vida, cuestionas mucho y en ocasiones es mejor no pensar tanto.

Cuando llegamos al bar nos sentamos en una esquina no muy iluminada, pedí el whisky y le sonreí.

-¿Quieres contarme algo? –le dije un poco indiferente, la verdad no me importaba mucho sobre su vida.

-Me llamo Juan.

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