Coito

90 1 0
                                    



Hoy es viernes son las 6:00pm, me bañaré y organizaré para salir un rato con el tal Carlos el amigo de Juan, me escribió y dijo que quería invitarme a comer en su casa, acepte porque no tengo nada más que hacer.

Antes de entrar al baño me desnudo frente al espejo para detallar mi cuerpo, me gusta admirarme, pienso que todos deberíamos admirar la belleza que tenemos.

Tengo mis senos firmes y los pezones duros por el frío... mis caderas anchas, me encanta lo voluptuosas que son, mi cintura pequeña y el cabello largo, me siento como toda una diosa sexual ¿quién se resistiría a mis encantos? Si yo fuera hombre haria lo posible para estar conmigo; voy a la ducha y empiezo a sentir el agua caliente, tomo el jabón olor a frambuesa, empiezo a deslizarlo en mis senos y bajo hasta el abdomen, luego paso a mis glúteos bajando a mis muslos, estremeciéndome con mi propio tacto, luego a mis brazos y a mi espalda, cuando estoy totalmente jabonada abro la ducha y me quedo un rato bajo de ella disfrutando cada gota de agua caliente, escucho que suena una canción de Shawn Mendes llamada Reputation tomo mi shampoo y vierto un poco en mi mano para empezar a lavar mi melena larga y castaña, dando pequeños masajes en mi cuero cabelludo; me relajan tanto estos baños en la noche.

En mi habitación totalmente limpia y relajada me pongo un conjunto de interiores color gris, el sostén copa media que me horma muy sexy,, hace que mis senos se vean muy voluptuoso, en mi lista de reproducción siguen sonando las canciones de Shawn Mendes, envuelvo mi cabello en la toalla para que se vaya secando, me cepillo los dientes y empiezo a maquillarme lo más claro posible, me aplico mi labial rojo ya que mis ojos no están tan cargados de color, esto hace que toda la atención vaya directamente a mis labios escandalosos; Me puse unos Jeans negros apretados con una blusa vino tinto que se pegaba completamente a mis curvas, saque una chaqueta negra con gris, me puse unas botas negras y deje mi cabello suelto, pero con la chaqueta solo dejaba ver mis caderas anchas ocultando un poco mi cintura pequeña, cuando estaba lista le escribí a Carlos para que viniera, espere unos minutos y llegó en su carro negro, esta vez me senté en el asiento del copiloto lo salude con una pequeña sonrisa.

-Estas muy linda.

-Gracias ¿qué comeremos?

-Pensaba en un goulash de carne ¿Lo has probado?

-Sí, me encanta.

-Bien entonces el goulash con puré de papa y si quieres ensalada.

Cuando llegamos a casa, él abrió la puerta del auto.

-No tienes que ser tan formal.

-No tengo que serlo, pero quiero hacerlo contigo.

-Lo dices como si nunca lo fueras y eso lo dudo.

-Te aseguro que no lo soy con ninguna chica.

-¡Jah! Bien, no mientas por favor no necesitas hacerlo.

-No miento.

Lo mire con odio ya que con eso me estaba demostrando que era otro charlatán tratando de conquistarme como hacía con todas las chicas. La casa estaba muy ordenada y era grande, me guió hasta el comedor y me sirvió lo que había dicho en el auto, estaba delicioso, estaba fascinada, tengo que admitir que así fuese un charlatán era muy buen cocinero.

-Y ¿Qué paso con Juan? –Dijo muy pensativo.

-Nada.

-Al otro día me dijo que, si tu existías, no le dejaste ningún indicio de tu existencia.

Me reí porque era justo lo que quería que pasará.

-Bueno no tiene que saber que existo.

-No deberías jugar con él, enserio le fascinaste.

-No es mi culpa que él me mirase de esa manera.

-Así que ¿no le volverás hablar?

-No, ¿podemos dejar de hablar de ello?

Él se levantó recogiendo los platos vacíos de la mesa.

-¿Quieres ver una película?

-Está bien.

Nos acostamos en los muebles de la sala y colocó "como niños" ya me la había visto pero no protesté, me acosté bastante lejos de él.

-¿Tienes novio?

-Si tuviera novio no estaría aquí contigo.

Ya iba en la mitad de la película y ya quería irme, él lo noto y se acercó más a mí.

-¿Quieres hacer algo más? –Dijo con un tono seductor.

Me acerque hasta quedar a unos pocos centímetros de su rostro.

-Dime en que estás pensando.

Se inclinó, me beso suavemente y lento, yo seguí el beso sin moverme de mi sitio, cuando se detuvo me miró de pies a cabeza.

-¿No tienes calor?

-Define calor.

Sonrió y en segundos quede despojada de mi chaqueta.

-¿Estabas ocultando todo eso en esta chaqueta?

Le sonreí y le quité la camisa, vi que tenía el abdomen marcado y es más musculoso que Juan, ¡este sí que es un buen partido!

-¿Tú tienes calor? –Le dije con una sonrisa juguetona.

-Mucho calor.

Se levantó del mueble decidido que esta noche me haría suya, bajó su jean dejándose ver su bóxer negro, tenía un cuerpo muy provocativo, ¡se nota que iba al gimnasio!, me beso mientras sujetaba con pasión mi cintura, mordí su labio inferior y lo aparté de mis labios para deshacerme del obstáculo que nublaba la visión del momento, mi blusa.

-Wow

Se sentó de nuevo y espero a que yo siguiera quitándome la ropa.

Encendí la luz, estando lejos y dándole la espalda a Carlos me incliné mientras deslizaba mi jean suavemente rozando mi piel erizada, dejando a la vista mi sensual trasero, luego camine hacia él y me puse de frente, mirándolo de soslayo me quite el sostén, él dejo salir un pequeño suspiro que expresaba satisfacción, me incliné hacía su sed de deseo para hacerme suya, subí mis piernas alrededor de su cintura aun con las tangas y él con su bóxer, empecé a moverme de adelante hacía atrás mientras besaba sus labios, se notaba lo deseoso que estaba, pero quería jugar un rato, me agarró la cadera y siguió moviéndome, los dos gemimos de desesperación, enrede mis dedos a su cabello y le empecé a dar pequeños besos con mordiscos en su cuello.

-¿Quieres esto? –susurrándole al oído y muy lento.

-Me estas matando. –Dijo con la respiración entrecortada.

arrodillada en el suelo bajándole el bóxer dejando a la vista su miembro ya excitado, deje escapar una pequeña sonrisa.

Con rudeza arranco mi lencería quita fácil para apoderarse de todo mi ser, lanzándome firmemente contra el mueble quedando atónita solté un gemido de placer por este arrebato apasionado, se postró encima de mí dando pequeños mordiscos en mi lóbulo bajando y contemplando mis senos firmes y estremecidos con su tacto activando sensaciones en mi cuerpo que jamás había experimentado por un hombre.


MILLONES DE MIRADASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora