Un rayo de luz que entraba por la cortina hizo que abriera mis ojos, sentí el brazo de Carlos alrededor de mi cintura, estábamos despojados de nuestra ropa, tirados en el mueble con unas pocas cobijas. Mi estómago estaba pidiendo a gritos comida, así que le retire el brazo con delicadeza para que no se despertará y me levante silenciosa hasta la cocina, allí empecé a preparar unos panqueques.
No entiendo por qué me siento así, no estoy enamorada ni nada por el estilo, pero no me arrepiento de haberme quedado en su casa durmiendo, eso es muy raro.
-¿Por qué no me despertaste? –Una voz ronca dice desde el umbral de la puerta.
-Pensé que querías dormir otro rato.
-Pero contigo.
Lo ignoré y empecé a servir los panqueques con helado y fruta que encontré en la nevera.
-¿No me hablarás? –Dice Carlos con una voz áspera.
-¿Por qué no hacerlo?
-No lo sé, hiciste eso con Juan.
-No hablemos de Juan por favor.
Le pongo el plato en las manos y me voy al comedor.
-Una mujer que me haga el desayuno, eso me gusta.
No le puse atención y comí mis panqueques gustosa, era mi desayuno favorito.
-¿Tienes que hacer algo hoy?
-Pues planeo leer todo el día y ver películas ¿tienes algo mejor?
Sonrió y recogió los platos.
-¿Me puedo bañar? –Grité
-Espera estoy pensando que hacer contigo.
-No digas estupideces, mejor préstame el baño y una toalla.
Me abrazo por la espalda y empezó a respirar en mi cuello, me hacía sentir protegida, su tacto tan cálido y su corazón latiendo pesadamente hacía que mi cuerpo lo deseará de nuevo como la noche anterior, si, la noche anterior cuando entregue mi cuerpo con pasión a este hombre con músculos y humor; Me giro y nuestros rostros quedaron a unos poco milímetros, tomo mi rostro y nuestros labios húmedos se encontraron de nuevo mordiéndome suavemente mi labio inferior; este beso era diferente no sentí el deseo carnal que él sentía anoche, pero mi cuerpo embriagado con su aroma y tacto pedía más que un beso tierno, me removí en sus brazos haciéndole saber lo que quería pero el retiro sus labios y los curvo mostrando una pequeña sonrisa juguetona.
-¿Vamos a piscina?
-¿Qué?
-Vamos en el camino te compro un traje de baño.
Se volteó y empezó a caminar a una habitación, creo que era la de él.
-¿Por qué no me llevas a casa? Así no tienes que comprar el traje de baño.
-Quiero pasar la tarde contigo. ¿Hay algún problema con eso?
Me puse las botas que estaban tiradas en el suelo de la sala y mi chaqueta.
-¿Por qué te pones esa chaqueta? Me priva de tu hermosa figura.
-Por eso mismo me la pongo.
Él solo llevaba puesto una pantaloneta y una camisa negra.
Vamos, no nos tenemos que bañar.
Me llevo al Comfama de Girardota, me compró un traje de baño de una sola pieza, dejaba mi abdomen cubierto, pero no mi cintura, la espalda estaba descubierta, tenía unas pequeñas tiras que se juntaban con la parte de mi trasero, era negro, realmente hermoso, mi cuerpo se veía deseable.
-Te ves hermosa.
-Gracias.
Me acosté en una de esas bancas para tomar el sol mientras Carlos se ponía su pantaloneta de baño, tenía la vista de la piscina infantil, unos niños jugaban a mojarse el uno al otro.
-¿Vamos?
Me levanté y vi a Carlos tan sexy dejando su abdomen marcado a la vista, le di mi mano para entrelazarla con la de él y de un momento a otro me alzo a sus hombros haciéndome gritar.
-¿Qué haces? –Grite exasperada
Corrió hacía la piscina de adultos y se lanzó conmigo en brazos, no me dio tiempo de protestar.
Cuando saque mi cabeza del agua reía y lo miraba feo, rodeo sus brazos a mi cintura y me beso.
Siento que el mundo es mío y solo existimos nosotros riendo y besándonos en una piscina.
Estábamos recorriendo el parque acuático y nos encontramos con un lugar lleno de obstáculos en una zona alta, y en el suelo pistolas de agua, el encargado nos dijo que algunas personas se tienen que montar y pasar por los obstáculos mientras alguien les tira agua.
Estuvimos todo el día riendo y jugando en el parque acuático, en la noche cuando íbamos de vuelta a casa me quede dormida en el coche.
-Llegamos dormilona. –Me dicen mientras alguien me besa la mejilla
Lucho con el sueño que me embriaga y abro mis ojos soñolientos, ahí está él mirándome con ojos enamorados.
-¿Por qué me ves así? –Le digo frunciendo el ceño.
-Porque te ves hermosa.
-Deja de hablar bobadas.
-No son bobadas.
Me baje del auto y camine hacia mi casa.
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MILLONES DE MIRADAS
Fiksi RemajaHemos pasado por millones de miradas y no todas han sido con amor, pero tal vez, solo tal vez algún día si llegue ese príncipe que todas las chicas sueñan, mientras eso pasa solo nos queda disfrutar la vida y no complicarse, tal vez no todas las per...