¿Real o disfraz?
—La comida no puede sustituir al sexo —le dijo Matthew Bennett en tono burlón.
Ginny, con los ojos entornados, le dio otro mordisco a su tableta de chocolate blanco, esta vez de una forma muy lenta, desafiándolo a que dijera algo más.
—Vale, lo he cazado. No más bromas sobre tu celibato—. Soltó una risotada— Ni tampoco más comentarios que aludan la posibilidad de que al fin sacudas una cama esta noche...
—¡Matt, una mas y te patearé tu flacucho trasero!—le advirtió, lanzándole una mirada ponzoñosa al pequeño espejo redondo por donde se veía el rostro sonriente de su amigo. Matt era una persona muy querida para ella; había sido ayudante del entrenador de las Holyhead Harpies cuando ella ingresó al equipo, y desde el momento en que estrecharon sus manos, se convirtieron en grandes amigos. Pero había días- como ese- en los que tenía ganas ahorcarlo con aquella ridícula bufanda carmesí que siempre llevaba puesta.
—Vaya, hoy estamos sensible ¿eh?—El hombre al otro lado del espejo, apretó sus voluminosos labios, reprimiendo una sonrisa, mientras sus ojos grises brillaban de manera juguetona.
—Tú también estaría "sensible", si estuvieras a una hora de tener una cita con un completo desconocido. —Bufó la pelirroja al tiempo que daba vueltas por su inusualmente desordenada habitación.
—La verdad es que no. Yo estaría más que feliz si estuviera a una hora de tener sexo—Declaró con total soltura.
—Por Merlín ¿Y Luna era la peor?
—Ni que fuéramos unos locos adictos a "eso"
—Hay días en que lo pongo en duda.... —suspiró, tirando el envoltorio del chocolate en la papelera que tenía junto al tocador. Matt simplemente ignoró el comentario.
—Oye ¿Has recibido el regalo que te envíen? ¿Te ha gustado? —Cuando Ginny lo miró con sus grandes ojos marrones echando chispas, supo que sí había recibido su escandaloso obsequio. Tuvo que morderse la lengua para evitar soltar una carcajada.
—Sí, me ha llegado.—le dijo con los dientes apretados y el ceño profundamente arrugado— y la verdad no me ha dado ninguna gracias.
—Oh, ¿eso significa que no lo usaras?
El despreocupado y casi inocente tono de Matt, hizo que Ginny tuviera el infantil impulso de lanzar el pequeño espejo que los comunicaba por la ventana. Definitivamente ese era uno de esos días en que era algo muy bueno que Matt viviera al otro lado de la cuidad.
Con las mejillas al rojo vivo por la rabia que sentía en aquel momento, le espetó.
—¡Ni loca usare la lencería que me mandaste para ir a esa estúpida cita! Tengo dignidad ¿sabes? ¡No soy una cualquiera! ¡¿Qué diablos creen?! ¡¿Qué me casare con ese tipo?! ¡¿Tan desesperada creen que estoy?! —cuando terminó, su pecho subía y bajaba de forma muy rápida. Casi tuvo ganas de seguir gritando cuando vio como Matt seguía con su sonrisa irrompible, completamente ajeno a la ira que ella llevaba dentro.
—Nadie quiere que te cases con él (bueno, Hermione si) pero al menos yo, espero que la paces bien esta noche—Dijo, y con una sonrisa tan grande y malvada como la del gato de Alicia en el país de las maravillas, añadió— ¡y si puedes te acuestes con él!
—¡Agg! Te detesto Matthew.—masculló, completamente molesto, antes de cortar con la comunicación y dejar el espejo boca abaja sobre la cómoda. Todo aquel asunto la estaba volviendo completamente loca y sus amigos no la estaban ayudando en lo mas mínimo. Murmurando malos deseos para Matt, Hermione y Luna, se encaminó hacia el baño para darse una ducha rápida.
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La jodida soltería. [Harry&Ginny]
FanfictionEl silencio y las inseguridades de la juventud los han separado y ahora sus entrometidos amigos los volverán a reunir. Lo que prometía ser la cita más horrible de sus vidas, pronto se convertirá en La Cita de sus vidas. Los personajes son propiedad...