Donde hay humo
Remus no dijo demasiado después de su brusco regreso a San Godric. Cuando Peter le preguntó dónde había estado, se encogió de hombros y dijo: "por ahí''. James actuó como si nada hubiera sucedido, tratando a Remus con la misma concordia amistosa de siempre. Sirius se mantuvo firme en su determinación de no decirle nada a Remus a menos que él hablara primero, en parte porque no sabía lo que podía decirle, más que disculparse, lo cual no parecía suficiente.
Nadie le habló a Sirius. De vez en cuando, James lo miraba con impaciencia, como diciendo: "¿Vas a solucionar esto o no?" Peter, como de costumbre, seguía la iniciativa de James y mantenía la boca cerrada. Remus no parecía estar enojado, pero tampoco le hablaba a Sirius. Una o dos veces, Sirius atrapó a Remus mirándolo como si fuera un rompecabezas que estaba tratando de resolver. Se esforzó por no estar a solas con Sirius, lo cual dolía, pero Sirius sabía que no era más de lo que se merecía. Él había demostrado que no se podía confiar en él.
El guiso de culpa, el odio a sí mismo y la soledad que burbujeaba en su interior demostraron ser la receta perfecta para las pesadillas. La mayoría de las noches, Sirius se despertaba con un sudor frío, el nombre de su hermano muerto en sus labios, y solo a veces lograba volver a dormir. Los días siguientes lo arrastraron en una bruma de agotamiento y culpa.
Sirius pensó que preferiría que la señora Pomfrey le cortara el cabello todos los meses por el resto de su vida antes que seguir sintiéndose como lo hacía. El silencio de sus compañeros de habitación se había hecho tan insoportable que comenzó a usar su sala de estudio privada. Estudiaba poco, pero se quedaba dormido sobre su escritorio, o se revolcaba en su propia miseria, imaginando que los otros estaban contentos de deshacerse de él.
Sirius trató de consolarse sabiendo que, incluso si Remus nunca volvía a hablar con él, eventualmente James se quebraría. Habían tenido su cuota de peleas a lo largo de los años, muchas de ellas peores que la actual, y siempre habían logrado mantener intacta su amistad. James no era del tipo que guardaba rencor, y era raro que su determinación durara más de una semana o dos. Pero hasta que su mejor amigo lo aceptara de nuevo de buena voluntad, Sirius podía hacer poco aparte de las tareas escolares y reflexionar sobre su propia necedad.
El sábado llegó. Sirius pasó la mañana y parte de la tarde escondido en su estudio, pero a las tres ya no podía soportarlo más. Entró violentamente en el dormitorio, se dirigió a su cama y apartó el colchón a un lado, tomando la caja que contenía el resto de hierba. Podrían pasar semanas antes de que pudiera obtener más, pero eso no le impediría drogarse como podía con lo que le quedaba.
Si hubiera habido otro lugar adonde ir, Sirius habría ido allí, pero la parte de atrás de la capilla era el único lugar seguro. Tendría que tratar de no pensar en lo que había sucedido la última vez que estuvo allí.
Su agitación hizo que la tarea directa de enrollar un cigarrillo fuera frustrantemente difícil, y le tomó tres intentos para manejarla. Cuando por fin el calmante narcótico llenó sus pulmones, y el humo se enroscó en su cerebro atormentado, Sirius casi lloró de alivio. Respiró largamente, lento, arrastrando los pies, tratando de mantener el momento el mayor tiempo posible.
Cuando terminó el primero, se sentó durante largos minutos antes de enrollar el siguiente, mirando al vacío y tratando de pensar solo en las cosas que podía ver— el cielo gris de noviembre, la hierba marrón, las piedras ásperas de la pared de la capilla, la marca en la punta de su zapato izquierdo— y nada sobre otras personas o su propia miseria. El tiempo se ralentizó, y Sirius comenzó a experimentar una agradable y flotante sensación en la cabeza y las rodillas. No estaba seguro de su capacidad para ponerse de pie, pero eso estaba bien, siempre y cuando todavía le quedara algo por fumar. Quizás se quedaría allí toda la noche.
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Una cura para pesadillas [wolfstar]
Fanfic1976-1978: Hay un chico nuevo y misterioso en el internado de San Godric, y Sirius no puede dejar de pensar en él, pero el secreto que Remus mantiene podría romper el corazón de Sirius.